Mozart / Bartoli / Tertel: La flauta mágica
EJECUTIVO DEL AÑO SEGÚN
THE NEW YORK TIMES
Yo era un ejecutivo de
sonrisa fácil, juventud eterna,
gomina y mano dura, con
bastante fama dentro del gremio.
Él un obrero de la
compañía, sección quince.
No me tembló el pulso,
la voz, al comunicarle
un despido tan
improcedente como necesario.
De mi boca salieron
decenas de excusas
y reducciones de
plantilla
(ahora no entiendo tanta
excusa
ni el aumento posterior
de plantilla),
pero tenía ganas de
liquidar el asunto
y dar carpetazo al
expediente y finiquito.
Me felicitaron los
jefes, fui nombrado
Ejecutivo del año por
mi labor agresiva, creativa
y económica al frente de
la empresa,
con beneficios bajo el
brazo, saldo favorable
en el presente
ejercicio.
Pero coincidí a la
salida del cine
con el susodicho padre
de familia (horror, en la misma sala)
y respectiva, mis hijos
coincidieron en la
Universidad
de Columbia con los
suyos, mi mujer con la suya en unos
/ cursos
/ cursos
de autodefensa y, años
después, coincidimos
en la misma cola del
paro, donde unos ejecutivos de sonrisa
fácil, más jóvenes,
gomina y mano dura