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miércoles, 24 de septiembre de 2025

A una dama inconsecuente


                                                                     Ligeti: Lux aeterna

A una dama inconsecuente

Amada mía: tú, 
mi gran amor, me dictas
lo que anhelas oír como si fueras 
autora de una fábula amorosa,
el gran teatro del mundo de este mundo.
Lloro por ti, por cuanto llorarás
cuando aceptes que tu verdad es esa
la de que necesitas engañarte 
para creer que es cierta tu mentira. 
Yo, que tanto te quise y aún te quiero, 
abjuro de tu turbia identidad.  
Antes eras 
hambre de amor y una mirada limpia; 
ahora muestras las manchas de una ciénaga
que te nubla los ojos y la mente.
No puedo convivir con quien no sabe 
vivir consigo mismo. Nadie puede  
ser el fantasma de quien quiere ser. 
Preciso es elejarnos y lograr 
morir lejos de aquellos en los que 
nos hemos convertido.

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