Ada Soriano: La Gran Madre

La gran madre

A la memoria de Concepción Muñoz Samper,

                                          mi abuela materna.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al primer muerto nunca lo olvidamos,
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos.

Octavio Paz

Me acerqué a la casa donde antaño vivías
y no hallé puerta ni ventanas.
Ni un solo resquicio por donde asomarme.
Solo quería contemplar los peldaños
que subías y bajabas.
No estos muros de cemento
como la pared que ahora te cubre.
No el lugar donde descansas 
sin poder cruzar contigo una palabra.
No este paraje desolado
en el que los sauces anochecen
el angosto camino,
y las flores, sedientas de piedad,
agonizan a la caída del sol.
Han pasado tantos, tantos años…
De tu hogar, antes cálido y alegre,
solo queda un recinto de frialdad
y de tristeza.
Han de temblar los cimientos
como temblaron en su día
los corazones de quienes te amaron.
Nada ni nadie borrará de mi memoria
la armonía de tu semblante,
tu sonrisa contenida
en un gesto de amargura.
Me acerqué a la casa donde antaño vivías
y escuché con asombro la contención
de tu idioma
y la cadencia de tus pasos.

Ada Soriano