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domingo, 31 de marzo de 2024
sábado, 30 de marzo de 2024
Jesucristo el zeúpida
Jesucristo el zeúpida
Dime si es hora de decirle al hombre
que debe abandonar supersticiones
porque pensar es elegir, dudar,
tener miedo al error; y que la fe
es el exacto y firme sacrilegio
de la razón.
¿No es la mejor conquista el albedrío,
saber que somos causa y consecuencia
de otros y para otros?
Ni siquiera yo sé si soy un dios
o creo serlo porque me lo has dicho.
Puedo seguir con mi disfraz de hombre
o desvestirme de hombre y ser el dios
que aguardan cuantos sufren, cuantos sueñan
que la mentira salva a quien la cree.
¿No es superstición la religión?
Dejemos que descrean o que crean
—sin promesas,
prestidigitaciones o milagros—
en una vida plena tras la muerte.
Quien no duda no busca la verdad.
¿Tengo yo libertad para elegir?
¿Puedo elegir, acaso, no morir?
La verdad es el único cadáver
que siempre resucita.
No sé si soy un dios o soy un hombre.
Los dioses mueren cuando el hombre piensa.
viernes, 29 de marzo de 2024
Casi un poema.
Casi un poema
Padre.
Palabra desterrada del poema.
Qué puedo decir de ti para cantarte.
Apenas si en la Historia hay algún verso
que cante a los que fueron como tú
padres del sentimiento de sus hijos.
Mas no basta el silencio de la Historia
para callar mi voz en tu alabanza.
Tal vez nunca existió
un padre como tú,
que callas y no dices
que lo malo está mal,
que callas y no dices, pero tienes
un silencio que es un consejo alegre.
Qué puedo yo decirte, qué
para cantarte,
para hacerte ternura en mi poesía
si ni siquiera has muerto
para que el sentimiento de tu muerte
se entierre en estos versos
y sea él mi poema.
Cómo amarte y decirte que te amo
con letras y con tinta
si me puedo acercar a tus oídos
y, si no susurrártelo, besártelo,
dejarte una palabra en la mejilla.
Este amor que te tengo es un plumaje
que acaricia mi alma lentamente,
un trozo de silencio que me envías
desde tus ojos cuando nos miramos.
Este amor que te tengo es una tarde
que ha perdido el crepúsculo en su luz,
como mi sombra pierde su silueta
cuando viene la noche y estoy solo,
sin esa compañera de mi gesto.
Qué puedo yo decir para hacerte poesía.
Padre.
Pronuncio tu palabra y no me sabe
más que a piedra o paloma, trigo, amor.
No encuentro de tu vida
nada que el mundo no haya hecho mil veces.
Y estás viejo y no harás
seguramente nada perdurable.
Qué puedo yo decir entonces, dime.
Dime lo que tú quieres que diga yo a los hombres.
No te puedo dejar marcharte así,
olvidando un silencio entre tus huellas.
¿No hay un grito en tus pasos, una guerra?
¿No escondes una herida en tu regazo?
Dame sangre y haré de ella tu épica,
forjaré un mundo donde tú seas sol.
Dame sangre, tu sangre, dame sangre...
O tal vez te has dejado la sangre allá, en la vida,
en las otras heridas que no sangran,
cuando yo te pedía un pan que fue
el precio de tu sangre sin espinas.
Si es este tu martirio ya tienes redención;
porque puedo pensar que nada hiciste,
nada que el corazón recuerde sobre el bronce,
porque tuviste una batalla propia
donde yo era el fusil que te sangraba
las fuerzas cada día
cuando el perro del hambre me ululaba...
Qué no diré de ti, qué callaré.
Tengo voz para siglos si este yugo
que ciñe mi garganta, si el sudor
que me brota del alma no me ahoga
y seca mis palabras, estos gritos
que mi pluma, como a la par de mí,
llora tan húmedos ya, tan como lágrimas...
Y entonces, aquí, ahora, en este verso
es el dolor
el que me hace sentir que el otro mundo,
el de fuera de ti y de mí, no ha de saberlo,
ha de seguir oyendo tu silencio
porque yo ya no quiero repudiarlo.
Y me voy junto a ti, donde me miras,
y te dejo y te dejo y te dejo
una frágil palabra silenciosa
y una leve paloma en la mejilla...
jueves, 28 de marzo de 2024
miércoles, 27 de marzo de 2024
Sentido al sinsentido
Quienes buscan un sentido al sinsentido de la existencia suelen acabar aceptando una deidad que garantice el equilibrio entre lo racional e irracional, aunque sea con aquello de los "renglones torcidos".
Siempre he envidiado a los creyentes y a los condenados a muerte: estos no tienen que elegir. Pero no necesitamos un dios sino una explicación de lo inaceptable por la razón y que solo "justifica" la fe.
La catástrofe surge cuando se unifican explicación y divinidad. ¿Cómo hacer compatible lo inaceptable por la razón con lo que muestra sin laberintos que dos y dos son cuatro? ¿Hay en el cerebro -y en la mente, por tanto- una micra de antena telescópica que recepciona otros mundos, otras concepciones, espiritualidades, éxtasis, superpoderes, telequinesias...? Si aún sigue vigente el "solo sé que no sé nada" y el "cogito ergo sum" ¿por qué no creer que el hecho de que no sepamos unificarlos no impide que algún día lo hagamos?
O bien: que aceptar que hay cosas incomprensibles ya es comprender.
martes, 26 de marzo de 2024
Traducción - Boccaccio: Il corpo di Fiammetta (versión propia).
Decamerón, III, 10
domingo, 24 de marzo de 2024
Pan y vino
sábado, 23 de marzo de 2024
Montaigne, Emerson
Lecturas imprescindibles, 1
Lecturas imprescindibles, 2 (Orwell)
Lecturas imprescindibles, 7: Alibech
Lecturas imprescindibles, 8: Lope
Lecturas imprescindibles (17): Dorian Gray
viernes, 22 de marzo de 2024
¡Quién supiera escribir!
¿Se ríen de cuanto escribís?
miércoles, 20 de marzo de 2024
La ley universal - Juana Rosa Pita - Antonio Gracia
La ley universal
Cuando la dulce Vida
-ocupada en soñar-
recibió la visita de la Muerte,
se apresuró a coger besos y joyas,
todo cuanto la había hecho feliz,
y corrió hacia la casa de su Amado
en medio de la noche, guiada por su luz.
Abre la puerta y ábreme tus brazos,
Amado, que la Muerte nada puede
contra el Amor; nos salvaremos juntos
y nos adentraremos en la eternidad.
Amado descendió las escaleras
armado con las armas de quien ama,
y se fue abriendo paso entre las sombras
por estancias, pasillos y asechanzas,
hasta llegar, luchando,
ante el umbral luciente
del Laberinto en el que
transcurre la existencia.
Cruzó el secreto y desaparecieron.
martes, 19 de marzo de 2024
El abrazo perdido.
lunes, 18 de marzo de 2024
A un poetastro que me amenazaba.
Catorce versos dicen que eres necio,
y otros catorce que eres hideputa:
que aunque fueres la Madre de Calcuta,
siempre serás un necio paramecio.
Tienes forma de vicio y de trapecio
transfigurado en lacra disoluta;
y yo, con versos ebrios de cicuta,
con aquestos catorce te desprecio.
Cuanto más eres tú, más eres nadie;
y, cuanto más escribes, más tu pluma
se parece a un rebuzno jitanjáforo.
En resumen, poetón: que eres un fraude,
un cadáver de luz entre la bruma,
un pájaro tan raro como ignaro.
domingo, 17 de marzo de 2024
sábado, 16 de marzo de 2024
El rostro de nuestro tiempo.
Retazos de impunidad












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Recuerdo haber leído este poema porque el libro al que pertenece lo tuve en mi poder y no sé qué pasó luego con él, ya que he perdido montones de libros. Seguramente se los llevarían los montoneros. Además, es la obligación de todo poseedor de una biblioteca, por nimia que sea, perder libros
ResponderAún sin tener la intensidad lírica que tendría la Estatura del Ansia, libro enorme aunque tuviera pocas páginas, muestra ya una maestría y una capacidad de expresión emotiva propia de un poeta auténtico
La sinceridad de la actitud no es un valor poco importante, aunque para Valery la poesía fuera sólo artificio purísimo, pero un artificio capaz de resolver cuestiones íntimas del autor y en último lugar de alcanzar la comunicación con el otro ser vivo, el lector que hace suyo el sentimiento y la belleza formal
Agradezco al señor Josema su valoración. Asimismo, le ruego que arranque la página que contiene este texto y queme -sin consultar al cura ni al barbero- semejante artificio librerunque.
Un placer pasar por aquí
ResponderAprendo siempre