Myers: Cavatina
La gran curiosidad
Mira un hombre la noche y busca en ella
la luz que le ilumine la existencia.
El telescopio estalla entre los astros,
y el corazón ausculta sus latidos.
Otro hombre se sumerje en las cavernas
y hace espeleología de su mente;
este formula sus filosofías
mientras aquel otea una ecuación
Sin embargo, la ley gravitatoria,
la gran fuga galáctica, un teorema
o los desciframientos de misterios
tan solo sacian la Curiosidad
de quienes se alimentan de Cultura.
Los pueblos, las naciones y los siglos,
permanecen en su ensimismamiento
de seres abocados a la Muerte
que buscan panaceas o elixires.
de seres abocados a la Muerte
que buscan panaceas o elixires.
Pero la muerte es la única premisa
incuestionable, el silogismo exacto
que no precisa más que el empirismo
incuestionable, el silogismo exacto
que no precisa más que el empirismo
de observar que cada alba es un crepúsculo.
Con la muerte no hay más sabiduría
ni otra estrategia que la de aceptarla.
¿De qué sirve saber que hay que morir?
¿Saber que somos muerte nos da vida?
Con la muerte no hay más sabiduría
ni otra estrategia que la de aceptarla.
¿De qué sirve saber que hay que morir?
¿Saber que somos muerte nos da vida?
¿Cómo borrarla de nuestra conciencia?
¿Evita la Cultura el Sufrimiento?
En cambio bastaría un silogismo
demostrador sin dudas de la exacta
existencia de un dios que garantice
la dicha de la cotidianidad
para que el hombre fuese un ser feliz
En cambio bastaría un silogismo
demostrador sin dudas de la exacta
existencia de un dios que garantice
la dicha de la cotidianidad
para que el hombre fuese un ser feliz
y no necesitase metafísicas
ni búsquedas que den sentido al cosmos.
Así pues: que no exista un Ser Supremo
Así pues: que no exista un Ser Supremo
convierte en dios creador al ser humano.
Porque le obliga a ser su propio dios.
Porque le obliga a ser su propio dios.
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