Visitas

Seguidores

lunes, 14 de septiembre de 2020

Transfigurada en rosa


Welista: Carmina Carmínea


Tú caminabas triste por la orilla

de la vida. El río serpeaba

reflejándote a veces y, de pronto,

un remolino turbio te envolvió

en su fondo, en el cauce, en las entrañas

de la fluyente lágrima hasta el mar

que es todo manantial. Te vi, me viste,

nos acercamos por la angosta senda;

atravesaba cada cuerpo el otro

queriéndose quedar ambos en uno

y se detuvo el tiempo. Me miraste

como petrificada, y te miré

como si fuese yo estatua de piedra.

El instante duró más que un relámpago

cristalizado en una eternidad

detenida; dijimos sin palabras

que acabarían nuestras soledades

en cuanto se fundiesen nuestras almas.

Sin separarnos, iban alejándose 

nuestros cuerpos mientras permanecía

inmóvil el que habíamos formado

al cruzarnos, como un prodigio inerte

y ubicuo. Tronó el viento, se alzó el río

como un misterio; y cual si regresase 

sin haberme marchado,

de repente me hallé ante ti ofreciéndote

la más lírica rosa. "Toma, es este

mi corazón; siempre estaré contigo".

Y tú estabas, en ese mismo instante,

dentro de mí, transustanciada en rosa. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario