Malher: Sinfonía de los mil
- Ya no leo poesía porque solo se editan versos.
- ¿Pero versos prosaicos o prosa versófaga?
- Versos ecológicos.
- A mí nadie me lee.
- Ya encontrarás a alguien tan inteligente como tú que descubra que la ignorancia es la mejor sabiduría.
- Ignorante es aquel que cree que lo sabe todo.
- Ergo: yo soi hel más savio.
- Yo me he pasado al cuento.
- ¿Y vives de él?
- Claro: pero ¿qué mérito tendría si los escribiera? Solo los estupro.
- Yo estoy escribiendo una novela de mil páginas en la que todos los personajes son poetas.
- Eso es lo que hace falta: realismo, mucho realismo.
- Yo conseguí escribir ayer 300 microrrelatos y medio centenar de hexámetros rebeldes.
- Y yo un poema hermafrodita.
- No hay que ser tan original.
- La originalidad es cosa de quienes carecen de talento.
- Me gustaría ser el primer poeta del Reino.
- Ya hay mil que lo son. ¡Si no te importa ser el 1001! ¡Incluye a Sherezade!
- Yo soy mejor que el mejor.
- Eso es más fácil que ser el peor.
- ¿Por qué no lees algo mío?
- Es que no quiero perderte el respeto que te tengo.
- ¡Miénteme, miénteme, que me hace tu maldad feliz!
La grandeza del buen humor es fundamento de la buena cultura.
ResponderEliminarLa inteligencia de la socarronería es mas importante que la más importante obra literaria de la historia.
Gracias.