Dowland: Come again
La mayoría de los poetas concibe la poesía como una profesión, y a lo más que llega es a rubricar ejercicios de inteligencia, olvidando que el hombre es el objeto y sujeto de la literatura, no un mero autor y lector de lindezas.
Porque hay dos clases de autores: los que se autobiografían incluso sin saberlo, construyendo la Biografía esencial de todo hombre, y los que se mienten inventándose máscaras.
Hay que despojar el sentimiento, el pensamiento y la palabra de todo cuanto impide reconocer su desnuda verdad universal -lo cual no se consigue simplemente con la sinceridad, que es solo una perspectiva, ni con la autenticidad, sino con lo que estas tienen de tangencial con las sinceridades y autenticidades de todos los demás hombres-.
Hay que practicar el nudismo verbal para convertir lo efímero en perenne.
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