Greuze: La jarra rota
La frágil levedad de la mirada
ha dado luz al aire, sombra al viento,
y espaciosa quietud al movimiento
de la doncella gris enamorada.
Con pétalos y cántaro ataviada
sobre el vestido ajado y ceniciento,
el pincel no escondió el arrobamiento
de la azucena púrpura violada.
No es flor ni es manantial cuanto acompaña
su desmayada soledad marchita,
sino aroma perdido, fuente rota.
Quien sueña un sueño azul se desengaña
ante la oscura realidad, que incita
al agua negra y a la flor remota.
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