La rosa inmarchitable
No volverás a contemplar la rosa
en todo su esplendor
como puedes mirarla en este instante,
ni gozar de su aroma, o cómo
encarna la belleza y lozanía
de la existencia. No podrás
creer que cualquier rosa es esta rosa
para darle un consuelo
a la mortalidad, que deja solas
a las criaturas en un mundo airado.
Pero yo tengo en ti
unidos los jardines
del cielo y de la tierra, condensados
la hermosura del tiempo y la memoria,
fundidos el recuerdo y el anhelo.
Tú eres la rosa de la vida,
tú
me entregaste tus pétalos y sigues
perfumando mi corazón; y cuando
el ámbar de tu piel se seque
marchito por los años, yo
te abrazaré y seguiré viendo
en ti la misma rosa.
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