Arcilla de la pluma
Muchos hay que se mienten con palabras
y escriben sobre un gran amor celeste
o de una amada de cristal y estrellas.
Basta de ensoñaciones y liturgias.
Yo escribo sobre ti, mujer de barro,
arcilla entre los dedos de mi pluma.
Yo hablo de tu carne y de la hoguera
que encienden nuestros cuerpos al uncirse.
Yo prefiero tu cuerpo a las estatuas,
y la vida que ama porque muere.
Yo penetro en tu ser y ardo en tu boca.
Y la luz de tus ojos al leerme
une tu corazón y el mío, deja
mi palabra y tu cuerpo encuadernados
en una sola vida.
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