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miércoles, 28 de agosto de 2024

El abrazo por wifi

Holst: Saturno, la vejez

El abrazo por wifi (Noli me tangere)


Separados por miles de kilómetros,
la voces telefónicas fabulan 
erotismos y aullidos sicalípticos, 
mientras la noche crea en la distancia 
un cuerpo hermafrodita de silencios.
Los cuerpos se erosionan verbalmente
y brillan como estrellas cuando alcanzan 
espasmos inefables a través
de estrategias y exactos laberintos
que el susurro y el ansia enfebrecida 
dictan en el sincampo de batalla.
El cósmico estallido se produce
cuando el uno en el otro se atraviesan 
y triscan arrecifes y cavernas, 
sexos hendidos, bocas genitadas:
la intrusión del amor en la lujuria.
No hay más bello animal 
que dos cuerpos amándose.


Lejos de toda furia.

Caspar David Friedrich
(Caminante sobre un mar de nubes)

Lejos de toda furia
                                      

Siempre amé contemplar en el ocaso
la inmensidad final del horizonte,
donde el cielo se funde con la tierra
y emerge convertido en un océano
de púrpura y ceniza, fuego y agua.
Veo allí un paraíso ya olvidado,
preso entre el atavismo y la conciencia.
Sé entonces que estoy hecho de materia
constelada, de estrellas, minerales,
de pájaros y luz; y siento en mí
la reverberación del Universo. 
Sumido en la abisal contemplación
de las sombras fulgentes, imagino
laberintos y espacios insondables
que me estremecen y a la vez me calman.
Una errante armonía transfigura
mis sentidos y todo es plenitud,
pues me deja su música el instante
y me abraza la intemporalidad.
Lleno de infinitud, el pensamiento
quisiera comprender, pero es feliz
porque siente hondamente el sortilegio
y acepta su prodigio inescrutable.

martes, 27 de agosto de 2024

Traducción De Lucrecio


Finalizando están Luis T. Bonmatí y A. L. Prieto de Paula su traducción de De Rerum Natura, ese extraño ensayo en verso de Lucrecio. 
    Aunque partiendo de algunas observaciones anteriores, Lucrecio llevó la ciencia deductiva al poema ensayístico sin más laboratorio que su inteligencia y amor por el conocimiento, construyendo desde el atomismo intelectual el precedente de la moderna física y destituyendo a los dioses como demiurgos del cosmos para ver más allá: un más acá racional, la fuerza de la razón.
    ¿Es la traducción la transcripción de una lengua a otra o la fidelidad consiste en mantener la belleza y verdad originales, el qué tantas veces traicionado por el cómo? He aquí una muestra de la calidad del quehacer de ambos traductores.

DE LA NATURALEZA DE LAS COSAS
TITO LUCECIO CARO
LIBRO V (vv 1379-1435)
EL DESCUBRIMIENTO DE LA MÚSICA

Antes de que aprendieran a entonar
armoniosas canciones y poemas,
los hombres imitaban con su voz
los deliciosos trinos de las aves.
Y la brisa, silbando suavemente
al entrar por los huecos de las cañas,
enseñó a aquellos bastos aldeanos
a soplar los primeros caramillos.
Poco a poco aprendieron a tocar
con sus dedos la flauta, a cuyo son,
siempre que los pastores descansaban,
empezaron a oírse por los bosques,
las selvas, los desiertos y collados
sus quejas transformadas en canciones:
lentamente va el tiempo dando a luz
las diferentes artes, que después
acaba de afinar la inteligencia.
Con músicas y cantos los pastores
se divertían y se consolaban
de todas las durezas de la vida
cuando habían acabado de comer,
echados casi siempre en el colchón
blando del césped, cerca de un riachuelo
y a la sombra de algún árbol frondoso.
Sin hacer gasto alguno disfrutaban,
y más si el sol lucía y el buen tiempo
en primavera hacía verdear
la hierba salpicada por las flores.
Se desataba la conversación
entre juegos y risas agradables,
pues, al llegar la musa campesina,
la voluptuosidad se despertaba,
incitando a cubrirse con guirnaldas
entretejidas de hojas y capullos
la cabeza y los hombros, y a danzar
moviéndose sin orden ni concierto,
dando patadas a la madre tierra.
Y cuando procedían de este modo
novedoso y extraño, al reparar
en su torpeza y sus traspiés, soltaban
carcajadas y risas divertidas.
Y para entretenerse en su reposo
los que velaban entonaban cánticos
modulando la voz con varios tonos
o, con el labio superior fruncido,
recorrían la caña de la flauta.
Incluso hoy distraemos las veladas
como en la antigüedad, aunque ajustamos
las canciones a reglas musicales;
pero no disfrutamos más por ello
que los antepasados, pues nosotros
tenemos muy a mano ya las cosas,
las conocemos bien, y la costumbre
disminuye el disfrute, mientras que ellos
gustaban de algo nuevo, sin haber
probado anteriormente algo mejor.
Y puesto que lo nuevo hace perder
su valor a lo antiguo, no nos gustan
ahora las bellotas, ni dormimos
ya en camas de hojarasca sobre el suelo,
ni vestimos con pieles de animales
(aunque yo me imagino que el primero
que curtió y se cubrió con esas pieles
sería asesinado por la envidia
de alguien que le robó su vestimenta,
que, ensangrentada y rota en la disputa,
no pudo serle ya de utilidad).
Igual que antiguamente por las pieles,
hoy los hombres pasamos nuestras vidas
luchando por el oro y por los lujos.
Pero actualmente somos más culpables,
porque sin pieles se padece el frío,
lo que explica el afán de conseguirlas,
pero no tener lujos, buena ropa
ricamente bordada con su púrpura
y no disponer de oro no nos daña,
mientras podamos evitar el frío
vistiendo austeramente, como muchos.
Los hombres trabajamos siempre en vano
y gastamos el tiempo en naderías,
porque a nuestros deseos de poseer
no les ponemos límite e ignoramos
totalmente hacia dónde dirigirnos
en busca del auténtico deleite.
Y esto ha llevado demasiado lejos
a nuestra sociedad muy poco a poco,
provocando las grandes conmociones
de las guerras que todo lo destruyen.

lunes, 26 de agosto de 2024

55 flexiones

 

Glass: Metamorfosis

La única y mejor manera de estar bien en este mundo consiste en  mantenerse al margen de consignas y hacer todo el bien posible.

Antonio Gracia - Arcilla de la pluma






Arcilla de la pluma

Muchos hay que se mienten con palabras
y escriben sobre un gran amor celeste 
o de una amada de cristal y estrellas. 
Basta de ensoñaciones y liturgias. 
Yo escribo sobre ti, mujer de barro,
arcilla entre los dedos de mi pluma.
Yo hablo de tu carne y de la hoguera 
que encienden nuestros cuerpos al uncirse.
Yo prefiero tu cuerpo a las estatuas,  
y la vida que ama porque muere.
Yo penetro en tu ser y ardo en tu boca.
Y la luz de tus ojos al leerme
une tu corazón y el mío, deja
mi palabra y tu cuerpo encuadernados
en una sola vida.

HANNAH ARENDT: La condición humana

domingo, 25 de agosto de 2024

Antonio Gracia - "La rosa inmarchitable" - Leído por Graciela Tomassini

 

La rosa inmarchitable


No volverás a contemplar la rosa
en todo su esplendor
como puedes mirarla en este instante,
ni gozar de su aroma, o cómo 
encarna la belleza y lozanía
de la existencia. No podrás 
creer que cualquier rosa es esta rosa
para darle un consuelo
a la mortalidad, que deja solas
a las criaturas en un mundo airado.
Pero yo tengo en ti
unidos los jardines
del cielo y de la tierra, condensados
la hermosura del tiempo y la memoria,
fundidos el recuerdo y el anhelo.
Tú eres la rosa de la vida,

me entregaste tus pétalos y sigues
perfumando mi corazón; y cuando
el ámbar de tu piel se seque
marchito por los años, yo
te abrazaré y seguiré viendo
en ti la misma rosa.


sábado, 24 de agosto de 2024

Arcilla de la pluma

                                        Liszt: Liebestraum, 3

Arcilla de la pluma

Muchos hay que se mienten con palabras
y escriben sobre un gran amor celeste 
o de una amada de cristal y estrellas. 
Basta de ensoñaciones y liturgias. 
Yo escribo sobre ti, mujer de barro,
arcilla entre los dedos de mi pluma.
Yo hablo de tu carne y de la hoguera 
que encienden nuestros cuerpos al uncirse.
Yo prefiero tu cuerpo a las estatuas,  
y la vida que ama porque muere.
Yo penetro en tu ser y ardo en tu boca.
Y la luz de tus ojos al leerme
une tu corazón y el mío, deja
mi palabra y tu cuerpo encuadernados
en una sola vida.


viernes, 23 de agosto de 2024

Lecturas medicinales.

                                       Schumann: Canción nº 5 sobre Eichendorff
                                    
       Un libro es bueno cuando quien más gana con él es el lector. No el librero, ni su autor: el lector, que sale de su lectura más noble, más sabio, mejor orientado. Al margen de sus categorías literarias, hay libros imprescindibles que deben ser leídos porque han añadido algo al mundo y a los hombres, y porque sin ellos el mundo -el hombre- no sería aún lo que es.
      Inmersos como estamos en la resaca de una cultura judeocristiana, en la que el sentimiento de culpa y el autocastigo son raigales del inconsciente colectivo y de nuestros comportamientos, se necesitan exorcismos que nos devuelvan la naturalidad de la alegría, la conciencia limpia y responsable para gozar los frutos de la existencia, sin que ningún Pepito Grillo nos persiga. Necesitamos restituir como principio de identidad la espontánea bondad y generosidad del corazón humano. 
     Nuestras personalidades se van formando por la repetición de actos cotidianos constituidos en hábitos. Si un hábito ingresa en nuestra cuenta corriente sicológica sensaciones agradables, nuestra conducta se revela relajada y comunicativa. Si, por el contrario, alimentamos nuestra mente con sentimientos espinosos, seremos pasto de las depresiones. Tristemente, la malversación, durante siglos, de algo tan enraizado en la sociedad como el contenido de los evangelios nos ha embutido en un laberinto de culpas y redenciones que tienen como referencia el sufrimiento. Mucho deben a las iglesias los siquiatras, cuya tarea consiste en devolver las mentes a un estado de inocencia primigenia -fundamentalmente: mostrar que las leyes morales tergiversan a menudo las leyes naturales-, estableciendo hábitos y terapias que anulen los estados emocionales enfermizos. Se trata de sustituir la conciencia del miedo a vivir -que tiene su causa en el delito calderoniano de “haber nacido”- por la “joie de vivre”, la alegría de vivir a pesar de las incertidumbres de la vida. ¿Y qué mejor terapia que acostumbrar los ojos -que son los inversores más activos de la cuenta corriente de nuestra autoestima- a unas palabras jubilosas sobre la verdad de la existencia, a unas páginas recordatorias de los dones del vivir, mientras la sombra de un árbol o de un toldo nos preserva de los rigores del verano? Qué alegría para los sicoterapeutas: contemplar sus consultas vacías porque unos hombres extraordinarios escribieron unas cuantas palabras que constituyen la mejor medicina para los melancólicos.
     Muchos libros hay, afortunadamente, que son médicos inmejorables porque alientan y enseñan a mirar de otra manera. Nos hablan esos libros de la extensión innumerable del corazón humano, de la profundidad del amor, de la solidaridad universal, de la búsqueda de un paraíso en este mundo, de la conquista de la felicidad no como un cielo extraterrestre sino como una tierra pisada, amada y sufrida por los hombres. Son obras nacidas a pesar de esa consigna del dolor, y sus autores la vencieron y la sustituyeron por la templanza y por el gozo; si no, serían probablemente euforias gratuitas. Muestran el crecimiento que hay desde la desolación más absoluta al entendimiento honorable del mundo y a una manera de sentir la vida alentada por el positivismo, el júbilo y la juvenilidad: el verdadero sursum corda. Ese paso de un existencialismo derrotista a una exaltación de la existencia es el legado de esos hombres para el hombre actual. Porque no importa de dónde venimos, ni si llegamos cargados de cadenas; lo importante es que deseemos quitárnoslas para construir nuestra propia libertad; porque nuestra vida no está en el pasado, sino en el porvenir. Y éste también se construye con hábitos. Por ejemplo, los de convivir diariamente con armoniosas reflexiones ajenas hechas nuestras. Abra el lector -para empezar, y por ejemplo- el “Canto a mí mismo” de Walt Whitman, o las “Alturas de Macchu Picchu”, de Neruda, y sentirá que recupera un mundo que le robaron hace tiempo. 
          Saber vivir no es más que saber cambiar de vida: de modos de sentir, de formas de pensar, de maneras de actuar. Aprender a mirar de otra manera. Y en los aparentes desiertos de las páginas de un libro se encuentran los paisajes más hermosos del planeta. Y oasis como inmensos océanos de agua pura para las mentes confundidas.

Leger: La lectura

jueves, 22 de agosto de 2024

TE QUERRÉ SIEMPRE.


Tchaikoski: Romeo y Julieta

"Te quiero; deseo dártelo todo; pero no esperes nada de mí. No sé si mañana seré quien soy ahora".
     Esto es lo que se dijeron después de años diciéndose muchas cosas. Fue entonces cuando consiguieron ser dichosos: porque lo que más infeliz hace es dudar si somos y seremos amados, si poseeremos lo que tememos perder, si seremos verdaderamente necesarios. Todo se resuelve al aceptar que la vida es un laberinto en el que dos se encuentran y desencuentran aunque sueñen con caminar siempre juntos el sendero de la pasión, el afecto y la amistad: la complicidad de dos corazones que se complementan insustituiblemente. 
     Y esto solo se consigue cuando el tiempo, que es un camino que anda, deja de ser un imperfecto futurible: entonces el "no esperes nada de mí", como acto de amor y sinceridad, se convierte en "Porque me quieres me has dado cuanto necesito: te has convertido en mi único ser imprescindible".

miércoles, 21 de agosto de 2024

El conde de Montecristo

 



La poesía, hoy


Xenakis: Metástasis


Naturalmente, yo no he leído cuanto se publica; al contrario: tras el ojeamiento emigro hacia otras tierras. Los últimos cincuenta años culturales han sido un vendaval que se ha llevado muchas buenas cosas y ha traído otras bastantemente peores. 
     ¿Sobre poesía última? Ejemplos, ejemplares para huir sin ser cobarde: "Me gustas cuando dices tonterías", empieza un poema amoroso de L. A. de Cuenca. "Vivir sin hacer nada. Cuidar lo que no importa", dice (con un alejandrino geminante por sietemesino) otro poemastro -que podría calificarse de "social": retrato del estado de bienestar- de L. A. de Villena. Dos triunfadores entre el publicorcillo lectorero.
      He ahí dos expresiones definitorias con las que se identifica el mundial mundo culto en efimeridades: "tonterías"y "lo que no importa". Pura y sublime metafísica, como se ve, del más alto Quevedo y el Lope más egregio. 
     De esotros y otros otros como ellos (por ejemplo, el energúmeno de la estética "mierdista" L. M. Panero), que han puesto de moda la bisutería, y aun la basura, crece el tsunami de la disentería palabrérica y jovencil. Asómome a los grandes almacenes donde se expende la lectura: y donde había autores clásicos hay ahora autorzuelos veinteañeros que dicen no leer para no influenciarse y ser originales. ¡Ya quisieran ser, al menos, intrusos plagiadores! Y escriben su cotidianidad: chumberas para la sensibilidad y el intelecto. ¿Qué puede esperarse de un país en el que la educación equivale a un sobresaliente en incultura? También es problablemente posible y aun posiblemente probable que yo carezca de sensibilidad para aceptar la impostura.
     Leí un libro de un conocido mío y buen conocedor de la poesía ultimísima; le dije: buen ensayo, muy documentado, bien ordenado... ¿pero seguro que los plumíferos que recoges son poetas o estangurrios de la pluma?
     Así que calo el chapeo, voyme y ya me callo, que diría Cervantes.

2 comentarios:

  1. En parte te damos la razón, pues la razón TOTAL no la tiene nadie. Pero tus palabras atraerán a tu regazo, sobre todo en el mundo de la poesía, muchos enemigos, alguno peligrosísimos. Saludos y, como bien se dice, "Salud y Libertad" 

    Responder
  2. Peor que te maten tus enemigos es que te traicionen tus amigos o tú mismo. 

    Responder

martes, 20 de agosto de 2024

Autosuperación desde las ruinas.



Smetana: El Moldava


El músico más admirado creó desde la sordera la obra más admirable: La Sinfonía, "Coral". También Smetana era sordo y aun así describió como pocos el curso musical de un río en El Moldava
Homero, Milton y Borges no pudo callarlos la ceguera: no necesitaron ver lo que escribían para escribirlo. 
Van Gogh, uno de los pintores más ensimismados, consiguió arrancar de su ensimismamiento el rostro atormentado del hombre universal. 
Hawking ha recorrido la comprensión del universo desde la silla en la que yace inmóvil.  
Ellos y otros muchos elevan la esperanza de este mundo: la autosuperación desde las ruinas.

lunes, 19 de agosto de 2024

"Amar es un gran viaje" leído por Juana Rosa Pita

 


Amar es un gran viaje


Amar a quien amamos y no poder amar
con el cuerpo y el alma porque el amor se fue
-o se quedó- muy lejos de donde nos quedamos 
-o allí donde nos fuimos-. Vivir es un gran viaje,
y amar una estación hasta la que llegamos
cargados de caminos, estaciones y trenes
con destinos que fueron decepciones y sueños.
Inextricables lazos nos unen y desunen
y convierten en bielas y hierros destrenzados  
el corazón fugaz en busca de un imán
a través de las vías que recorren el tiempo.
Y al fin ríes un día porque en una estación
encontramos al otro transeúnte que mira
con nuestros mismos ojos, y siente con el mismo
abrazo la existencia: una desilusión 
voluntariosa de serenidad y sueño:
la certeza frugal de que la lejanía
es tan solo el disfraz de un gran amor
que es nuestro propio rostro en otro rostro. 

1 comentario:

  1. Anónimo

    L'amore è l'esito sentimentale di due voltri che si guardano



sábado, 17 de agosto de 2024

Cuando vuelve el ayer.

Grabación prehistórica

Estoy mirando tu sonrisa triste
y escuchando mi voz jacarandeada:
Si el clamor de la vida y la alegría
tuviesen una efigie y un sonido
las llamaría con tu nombre: el aire
que se convierte en agua, en fuego, en tierra,
en el origen de las certidumbres:
tú vienes de la nada, yo a ella voy;
¿por qué, si yo fui tú, tú no eres yo?
Veneno es la nostalgia de las ruinas.

viernes, 16 de agosto de 2024

El espacio interior (Autorretrato)

Ravel: Pavana

Supervivientes de la soledad y habitantes de la solitariedad, hemos llenado tanto nuestras vidas de sucedáneos de nosotros mismos que ya no cabe en ella nada de los otros.


jueves, 15 de agosto de 2024

Antonio Gracia - Clara Wieck - Manuela García



Wieck-Schumann

Ante el teclado, alzando partituras,
Clara sueña el ayer y vislumbra el mañana.
El torrente de música encendida
llena su corazón y la estancia desnuda.
Lentamente se apaga el resplandor
que ardió en los pentagramas, levemente
se ha ido cerrando el piano que extasiaba el oído,
y ya el genio creador duerme en la noche
de la desolación y la locura.
Rescatado del Rhin, salvado de la muerte,
Roberto yace ahora condenado
a sufrir en la tumba del sanatorio lúgubre
la lucidez extraña de quien, como si fuera
un Dios, lo desafía en su creación
y añade paraísos a este mundo.
Allí, en la celda, junto a la ventana,
Clara vislumbra el cuerpo
de quien aún permanece auscultando a los ángeles, 
que dictan en su espíritu las notas de un violín.
Y escrutando los ojos del amado,
rezando mientras llora, pide
que muera ya, que cese la furiosa
agonía de la clarividencia.

miércoles, 14 de agosto de 2024

Uno más uno siempre suman uno.

Saint-Saens: Sanson y Dalila (Mon coeur ...)

Dos que se funden en uno se ofrecen lo mejor, eliminando lo que la cotidianidad interfiere como un peso muerto. Pero pronto aparece cada identidad individual tratando de imponerse. ¿Qué yo cederá ante el otro yo? ¿Quién doblegará tan dulcemente al otro para que no le importe la dulce dejación de una égida sutil?
    Enseguida surge una conclusión: ¿solo viviendo separados pueden seguir amándose plenamente dos que, porque se aman, quieren compartir sus vidas como si ambos fueran uno y vivieran una sola vida? Porque dos siempre serán uno más uno, y cada uno siempre mantendrá un compartimento intransferible e incompartible, pues todo intento de transferencia es una intrusión en la individualidad. O bien: ¿Llegará cada uno a estar lo suficientemente seguro de sí mismo para admitir que equivocarse es también aprender a acertar? En fin: ¿uno más uno nunca serán uno o conseguirán serlo? 
     Solo cuando la suma de muchas temporalidades ha limado las diferencias, y el acoplamiento ha conquistado su ajuste, pueden uno más uno sumar uno sin que el dos sea un fardo incompartible. Pero ¿queda esto solo para las excepciones?

Arcadia nebulosa.

 


Arcadia nebulosa


Si algún día el dolor te sedujera

para acabar con tu melancolía,

acude al mar, contempla su infinito

como un fulgor errante y solitario

que nada necesita y lo da todo.

Mira cómo se elevan las gaviotas

entre los arrecifes; deja allí

el suicidio que ansías y desprecias.

Escucha el mar: en él nada es oscuro.

Siente su voluntad de firmamento

aherrojado en amargo manantial.

Toca su eterna transfiguración.

Inmerso en su celeste transparencia,

quiere elevarse el alma, alzarse

sobre el dolor, cantar.

Regresa a tu existencia cotidiana

igual que si una ola retornase

al abisal secreto de la espuma.

Camina montes, siembra madrugadas

en el atardecer, corona el día

con flores y templanza. Rememora

la sigilosa forma de la luz. 

En el propio naufragio está la isla 

y en el dolor su misma redención.