Cage: Sonata
- ¿Por qué me rechazáis?
- Porque no me queréis como Dios manda.
- ¡Sí os quiero, Vive Dios!
- ¿Y por qué me queréis?
- Porque sois pelirrubia.
- Eso no es suficiente.
- Porque sois hiperculta.
- Eso no es suficiente.
- Porque sois trabalenguóloga.
- Eso no es suficiente.
- Porque tenéis un sueldo, un cortijo y un coche.
- Eso no es suficiente.
- Porque sois como sois.
- ¿Y cómo soy?
- Sois fermosa.
- Y qué más.
- Sois generosa.
- Y qué más.
- Sois una gran bailarina.
- Y qué más.
- Sois una gran contorsionista... etcétera.
- ¿Y si no fuera todo eso?
- No podría evitar quereros aunque os faltase un pezonzuelo.
- Tengo dos.
- Entonces os quiero dos veces.
- ¿Cómo? ¿No me queréis solo a mí?
- Os quiero a vos aunque no me queráis.
- ¿Sí, pero quién es la otra?
- ¿Qué otra?
- La otra a la que queréis porque solo tiene un pezonzuelo.
- Yo no quiero a quien tiene un pezonzuelo.
- Yo tengo dos.
- Lo he oído, Señora.
- Sois horroroso, miserable batracio!
- Pero os quiero innúmeramente.
- Me fastidia tanto croar.
- Os amo, Rosalinda!
- Y yo os detesto, ranícula!
- Gracias por vuestra comprensión.
- No penséis que os voy a dar un beso durante los esponsales!
- Yo no pienso, solo os amo.
- Ni besos ninadená!
- Lo sé, queridísima.
- Fregaréis vos los platos.
- Gracias, mi amor.