Quién pudiera, por arte de birlibirloque, creer sin más en un Ser Supremo con la misma nobleza con la que creían las músicas de Bach o Haendel.
Aunque también es cierto que quienes confían en un Dios que resuelve sus problemas no potencian su voluntad para resolverlos; debilitan su personalidad, aunque parezca que la acrecen: porque su esperanza no está en las propias fuerzas, sino en las de un gigante desconocido que tal vez recuerde que debe protegerlos, no humillarlos.
Haendel: Aleluya
El Mesías: Versión teatralizada y modernizada: canto y logopedia:
Y MODELO CON NATURAL TRABAJO Y LA NATURALIDAD DE LA TIERRA HÚMEDA,LA ESPERANZA, LA VOLUNTAD .....MIENTRAS LE GUIÑO UN OJO A LA DIVINA PROVIDENCIA
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