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sábado, 16 de mayo de 2015

Autoestimas

R Strauss: En el crepúsculo
Marisísima:

Hay quienes se ponen el listón demasiado alto y siempre están descontentos de sí mismos. También hay quienes apenas se exigen y son demasiado conformistas. 
     La felicidad no consiste en conseguir un gran éxito en un gran momento, sino en lograr el sosiego interior cada día. No es un gran estallido de euforia, no es una inmensa carcajada. Es una leve sonrisa sostenida.
     Te sientes poca “cosa" porque quieres ser una gran “cosa”. En este mundo todos quieren ser el ganador. Y se sienten el primero o el último porque designan como jueces a los demás. ¿No es mejor sentirse bien consigo mismo y dejar que sean los otros los que ambicionen imposibilidades y utopías? ¿De verdad te importa la torpe opinión de los demás más que la tuya, hecha desde la nobleza? 
     Cuando alguien quiere abrazar a la multitud se da cuenta de que no puede abarcarla con sus brazos. ¿Dejará por eso de abrazar? No será mejor abrazar a una sola persona? ¿No es mejor tratar de abrazarse a sí mismo? 
     Ya has hecho lo posible por acertar. Empieza por aceptarte como eres y acabarás siendo aceptada y valorada por muchos. 
     Porque a los soberbios son los demás los que les quitan las medallas que ellos mismos, en su engreimiento, se ponen; y a los humildes también son los demás quienes les recuerdan las virtudes que, en su modestia, no creen merecer.
     En todo caso, valórate por las alegrías que das, no por las que te dan.
     Besos.