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domingo, 17 de septiembre de 2023

Prosa para un poema

  

Borodin: Polovsianas

Prosa para un poema

Detén la pluma: escucha el silencioso
clamor de las estrellas, el monólogo
del río y de las fuentes, la canción 
de estar vivo y sabiendo
que la muerte es un tránsito sin fin; 
detén
el surco de las olas, la carrera 
del viento sobre el árbol, el instante.
Detén tu pluma y piensa: solamente
un centenar de hechos glorifican
la historia de los hombres, solamente
un centenar de libros son emblemas 
de la vida del hombre, nada más que
cien poemas recogen las esencias
de cuanto permanece,
perfecciona nuestra metamorfosis
y constituye el semen de la vida
porque vuelve a nacer cuando alguien nace.
Se apoderan del tiempo que vivimos.
Somos órbitas suya 
milenio tras milenio, siglo a siglo,
la creación que nos crea y crea el mundo.
¿Y qué debemos aprender sino
a encontrar el factor común y sabio
que los ha convertido en prodigiosos
iconos del sentir y del pensar?
Encontraremos un decir exacto,
directo y cuya idoneidad
entre verbo, emoción y pensamiento
es sinonimia de la perfección.
Y cuando regresemos a la pluma
y nos destile su sabiduría,
antes de publicarlo nos diremos:
¿Son estos versos dignos de Petrarca,
editaría Shakespeare este texto
o aprendería simplemente de él?
¿Es este neologismo necesario
o no es preciso ser saltimbanquista?
¿La tradición es un camino que anda
y filtra senectudes, juventudes...
pirotecnia, arcaísmo? ¿No es vanguardia
solo lo que renueva su vigencia
y consigue matar lo que agoniza?
Tal vez así algún día nuestra pluma
diga solo lo que 
jamás debe callarse.


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