El tú eres yo y el yo soy tú que tantos poetas y amantes han perseguido como imbricación unificadora de los cuerpos y las almas -y que Beethoven y Wagner musicalizaron en "A la amada lejana" y el "Tristán e Isolda"- está presente o en la base de este poemilla de estirpe liederística y soleá. Empresa imposible la de los amantes que reclaman hallar y sentir el universo en sus abrazos. Imposible escapar de la cárcel del cuerpo y la trinchera de la individualidad.
Cuando muere el amor
¿Adónde se fue el amor,
si es que algún día existió?
Quisimos ser uno solo
y hoy seguimos siendo dos.
Tú en tu vida, yo en la mía.
Tú, triste; yo, sin canción.
¿Será que el amor es cosa
tan solo de un corazón?
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