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jueves, 25 de diciembre de 2025

Mensaje sin navidad


 Mensaje sin navidad        (para cuantos, a pesar de todo, luchan)

Desde niño sentí que me esperaba
una felicidad interminable:
que un día -tras el monte, junto al río,
en un instante pleno- el corazón
sería conquistado por la dicha;
y las criaturas, junto a mí, serían
sencillamente mansas y celestes.
Pero murió la infante adolescencia
-también la juventud- y no fue así.
Pasó un tiempo de mágico dolor.
Cuando llegaste tú supe que eras 
el jardín del edén que presentía
y que por fin llegabas para alzar 
la plenitud como un beso en mi vida.
Tu dulzura sufriente y luchadora,
tu generosidad y mansedumbre,
tu corazón forjado en la alegría,
tu mirada de cierva, el suave pan
de tu carne, tu pecho luminoso,
tu cuerpo que pulsé como una cítara...
todo cuanto estalló con tu llegada 
fue para mí la tierra prometida.
Pareció que el milagro se cumplía
y se transfiguraba mi universo.
Pero no acabó el sueño de forjarse,
pues a veces acaba en desengaño.
Ahora desapareces y me quedo 
sin hoy y sin ayer y sin mañana.

Desde Belén al Infierno

                    CANON in D. Pachelbel. Voces para la Paz.

Desde Belén al Infierno

Yo quería ser huérfano del llanto
y predicar serenas alegrías.
Me dispuse a vencer el cruciferio.
Sé que ante el mundo debe sonreírse 
para no ser espejo de tristezas.
La existencia es un pájaro de fuego 
que canta y no podemos enjaular. 
Nos repetimos esa historia oscura 
queriendo que no acabe su canción.
Pero la melodía interminable  
es tan solo un fantasma. No sabemos 
aceptar que nos mienten los sentidos 
y que un pájaro es solamente un cisne
investido de cuervo inescrutable.
Así era Cruz -sangrienta y celestial-:
Ángel y Diablo, fúnebre armonía,
blancura carmesí, besos errantes,
pacífica batalla, caos fértil,
cicuta de coral, verde silencio,
enamorada esfinge del desdén.
Sucumbí ante el hechizo de sus ojos;
el espejismo de la realidad
convirtió su cabello en la gorgona
que me dio muerte en medio de la luz. 
A pesar de que huí de tanta ruina
mi corazón siguió cantando: soy.
 

miércoles, 24 de diciembre de 2025

🎄POEMA de NAVIDAD "Las Pajas del Pesebre" de Lope de Vega

No disputarás



Aprendiendo a ser político

Difícil es entenderse en un mundo en el que las palabras han perdido su significado denotativo para quedarse con la más pobre de las connotaciones, puesto que las esencias humanas han sido suplantadas por la circunstancias epidérmicas y la prisa por decir algo lleva a no expresar nada. 
     Así, una hora de conversación resulta ser una retahíla de despropósitos, una carrera de relevos interruptores de quien está hablando, o una disputa que confunde más a quienes empezaron a hablar con ánimo de entenderse.
     Ejemplo: 
     X y Z empiezan costésmente; y cuando uno de los dos opina de distinta forma que el otro, la conversación deriva hacia el desencuentro, la violencia fonética y la disputa pletórica. Al final, tras otras conversaciones convertidas igualmente en disputas, la amistad que mantenían se ha convertido en distanciamiento, frialdad, enemistad.
     ¿Por qué no mantener la serenidad expresiva y gestual, aunque se discrepe de lo que se oye? ¿Hablamos para tener razón o para razonar? ¿Si ya conocemos nuestro propio criterio, por qué no escuchar el ajeno y enriquecernos con él, en vez de pretender convertirnos en protagonistas del diálogo con nuestro monólogo?
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martes, 23 de diciembre de 2025

En Navidad. Y siempre.


Trata de cantar aunque desees llorar y tendrás la alegría más cerca.

El Universo, mientras suena Bach

Bach / Fisher-Dieskau: Oratorio de Navidad 
(grabación histórica. Julio 1963) 


Trata de cantar aunque desees llorar y tendrás la alegría más cerca.


Historia de la Navidad.



lunes, 22 de diciembre de 2025

Lumínica.

Canteloube: Cantos de Auvernia


Lumínica

Cuántas veces, mirando las estrellas,
he visto el rostro de la eternidad
y ha venido el cadáver de la luna
a recordarme que la plenitud
solo existe en las ansias de mis sueños.
Envuelto en fantasmal melancolía
siempre caigo en la sombra como un astro 
herido en su materia constelada.
En ese instante llegas tú, Lumínica,
y me abrazas, me sorbes, me das vida,
me devuelves al alto firmamento.
Tal es el sortilegio que me otorga
la invasión de mi cuerpo sobre el tuyo.

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Noche transfigurada.

La música de cámara es la más intimista de todas, y requiere un inspirado y lírico autor a la vez que una mágica interpretación que la desentrañe al oyente.
He aquí una inspiradísima versión del sexteto para cuerdas Noche transfigurada, de Schoenberg:

Todo un introspectivo misticismo que aparece igualmente en la traducción para orquesta que realizó el mismo Schoenberg muchos años más tarde:

La melancolía y celestialidad de la música reflejan un expresionismo que devana una triste historia de amor, que Schoenberg extrae basándose en un poema de Dehkel:

Zwei Menschen gehn durch kahlen, kalten Hain;
der Mond läuft mit, sie schaun hinein.
Der Mond läuft über hohe Eichen;
kein Wölkchen trübt das Himmelslicht,
in das die schwarzen Zacken reichen.
Die Stimme eines Weibes spricht:
  
Dos personas caminan a través de un desnudo bosque frío;
La luna corre sobre ellos, se miran en ella.
La luna corre sobre los altos robles;
ni una nube oscurece la luz del cielo
donde las negras ramas se extienden.
La voz de una mujer habla:
„Ich trag ein Kind, und nit von Dir,
ich geh in Sünde neben Dir.
Ich hab mich schwer an mir vergangen.
Ich glaubte nicht mehr an ein Glück
und hatte doch ein schwer Verlangen
nach Lebensinhalt, nach Mutterglück
  
“Llevo un niño, y no es de usted,
camino en pecado junto a usted,
he cometido una gran ofensa contra mí misma.
Yo ya no creía que pudiese ser feliz,
y sin embargo, tenía el fuerte deseo
de sentir la plenitud, la felicidad de ser madre.
und Pflicht; da hab ich mich erfrecht,
da ließ ich schaudernd mein Geschlecht
von einem fremden Mann umfangen,
und hab mich noch dafür gesegnet.
Nun hat das Leben sich gerächt:
nun bin ich Dir, o Dir, begegnet.“
  
Y por ello, he cometido un descaro,
así que, temblando, entregué mi sexo
a los brazos de un hombre extraño,
y así quedé embarazada de él.
Ahora la vida se ha cobrado su venganza:
Ahora te pertenezco, oh, te he encontrado.”
Sie geht mit ungelenkem Schritt.
Sie schaut empor; der Mond läuft mit.
Ihr dunkler Blick ertrinkt in Licht.
Die Stimme eines Mannes spricht:
  
Ella camina con paso torpe.
Ella levanta la vista; la luna corre sobre ellos.
Sus ojos oscuros se ahogan en la luz.
La voz de un hombre dice:
„Das Kind, das Du empfangen hast,
sei Deiner Seele keine Last,
o sieh, wie klar das Weltall schimmert!
Es ist ein Glanz um alles her;
Du treibst mit mir auf kaltem Meer,
doch eine eigne Wärme flimmert
von Dir in mich, von mir in Dich.
  
“Ese niño, ese que tú has recibido,
su alma no es una carga.
Sólo hay que ver ¡cuán claro brilla el universo!
Hay un resplandor en todas las cosas
Usted va a la deriva junto a mí en un oceano frío,
pero una calidez especial parpadea
desde usted hacia mí, desde mí hacia usted.
Die wird das fremde Kind verklären,
Du wirst es mir, von mir gebären;
Du hast den Glanz in mich gebracht,
Du hast mich selbst zum Kind gemacht.“
Er faßt sie um die starken Hüften.
Ihr Atem küßt sich in den Lüften.
Zwei Menschen gehn durch hohe, helle Nacht.
  
Esa llama transfigurará al niño,
al que usted le dará vida, como si fuese mío.
Usted me ha traído la luz,
Usted ha hecho un niño de mí.”
Él posa su mano en sus anchas caderas
mientras sus alientos se entremezclan en el aire.
Dos personas caminan a través de la alta noche brillante.





(Traducción de Andrés Gore)

El sexteto fundamenta su trágica belleza en el monolítico y sostenido único movimiento, de estirpe wagneriana, en el límite de la tonalidad. Belleza que no se extingue en su reducción a trío, aunque la intrusión del piano rompa el embrujo de las cuerdas:

Música que acuna la llegada de un nuevo ser apenas deseado y que, en su místico estatismo, acaba transfigurando a quienes lo aceptan:

Otros conciertos

Holts: Los planetas

Jazz

Mahler: La canción de la tierra

Concierto de Año Nuevo

 Strauss: Salomé

Berlioz: Sinfonía Fantástica

Pavana para una infanta difunta

Rachmaninov

Pinos de Roma

Variaciones sobre un tema caballeresco

17623

domingo, 21 de diciembre de 2025

COSAS INEVITABLES El último peñasco de la vida

                                    8 COSAS INEVITABLES  

Supervivencia

 


Supervivencia

En lo alto de la cueva, o en la página,
trazo manos, palabras y bisontes:
doy fe de mi existencia, la prolongo.
Fuera nieva, y el frío se enfurece
como la fiera que me está esperando
armada con sus garras como muertes. 
El sol asoma lento y sin fulgor,
y un páramo es el día hasta la noche.
Alguna estrella canta: son sus ojos 
las reverberaciones del silencio.
Un pájaro nocturno picotea
mi sueño y oigo el ruido de la hambruna 
clamar que he de salir cuando amanezca
y matar o morir, cazar o ser
presa de cuantos matan con sus dientes.
Tal vez no vuelva: y aún no he acabado
mi obra en las paredes, mi rupestre
armonía, el mensaje de que soy
un preludio de Sapiens y de Dios.
Acaso alguno de mis descendientes 
añada líneas y colores hasta 
fundacionar la Historia de los pueblos.
Aquí estoy: sobrevivo, junto a Eva,
trazando garabatos metafísicos,
aljibes en el tiempo. Sé que un día 
serán emblemas del que fui y seré.

sábado, 20 de diciembre de 2025

Arabesco (1966) - Sophia Loren & Gregory Peck ☆☆☆☆☆

La anémona en el jardín

 

 Sobre “La anémona en el jardín”, de Die Marín

CANFALI Miércoles, 2-VI-82. Pág.- 12

Antonio Gracia


Uno de los rasgos que caracterizan el teatro de los últimos decenios es el de la coincidencia o simultaneidad creativa de autor y actor. La proliferación de grupos de actores-autores es evidente. Y esto motiva un nuevo rasgo: cada grupo crea su propia preceptiva dramática. 


Como cada poema engendra su poética, cada grupo aflora la suya, su propia preceptiva o estética: que ahora condiciona no solamente el propio concepto del texto literario dramático, sino su particular criterio de texto escenográfico. 


Es difícil que el grupo-autor de hoy no considere el teatro como espectáculo: nunca como hoy el teatro ha dejado de ser solo literatura puesta en escena. Así, la anábasis del teatro con respecto de la literatura -no respecto del arte- por más que lo que hay de espectáculo en el teatro, a mi juicio, sea en la mayoría de los casos una ganga que poco a poco devora la veta artística de la literatura; y todavía no conozco un espectáculo teatral que pueda sustituir al texto literario dramático.


Creo que el teatro no debe ser una sucesión de diapositivas pictóricas ni un sucedáneo de la cinematografía, aunque tampoco debe olvidar que existen. Creo que el teatro es la visualización de un texto cuyas palabras dejan de serlo para ser imágenes en la mente del espectador: el escenario debe trasladarse a la mente del espectador-oyente. El teatro debe conseguir que cada espectador esté haciendo en su butaca de primer actor, de todos los personajes, de la obra total: que su cabeza se transustancie en el escenario real.  A menudo el actor olvida que él también es una palabra: creo que al fin y al cabo un actor no es más que (no debe ser más que) una palabra puesta en pie en mitad de un escenario.


Y porque creo en la palabra es por lo que me interesa La anémona en el jardín, una obra en la que el protagonista es la palabra, la palabra-acción, la palabra-dinamismo, la palabra que conduce al actor a ser una palabra en movimiento. Hay dos tragedias en el siglo XX que me atraen especialmente: Luces de Bohemia es un trozo de arcilla moldeando al adán del arte y la vida modernos; Seis personajes en busca de autor una crítica que el teatro se hace con una contumacia genial. Y tanto ese adán de la eutanasia como esa autocrítica redentora son catedrales de palabras estructuradas y levantadas como un exorcismo ahuyentador de la muerte del teatro.


Defiendo tanto la palabra como cualquier otro bisturí que conduzca al hombre a su disección metafísica sin trepanar su identidad. (También el dolor o el pentagrama, por ejemplo, son palabras, pero de otros labios, de los cuales no hablo ahora).


La anémona en el jardín es una palabra convertida en una bayoneta que alguien (el autor) se ha arrancado de sí mismo y la ha clavado en el otro, en los otros; es una bayoneta que el yo individual desenvaina de su propio cuerpo para hundirla en el yo social; es la dialéctica entre la represión y la opresión, entre lo uno y lo múltiple, el reo que decapita al verdugo. El juego dialéctico entre Biribirliqui y doña Ruperta es el enfrentamiento entre la infancia y la vejez: el tiempo se ha detenido, las manecillas del reloj omnipresente, como fantasmas, han volado y en ese instante de levitación acrónica la vejez (¿la muerte?) se ve asaltada por su propia infancia en la actitud de interrogación y de reproche: una exposición de represiones sociales y morales, de mojigaterías y beaterías, se rebelan desde el autor al texto y desde el texto hasta el espectador: una introspección individual y una sátira social en buena parte suscitada por las experiencias de un ambiente cerrado, de tanto cubículo sotánico y satánico como hay seminado por el mundo. El joven escritor que otea un horizonte de libertad mental descubre pronto que fuera de su cabeza sólo hay una guillotina social: (1) o sale fuera de su cabeza a dejarse amputar su individualismo o (2) aprende que la libertad sólo es sinónimo de clandestinidad de pensamiento responsable o (3) esgrime su libertad de pensamiento responsable como una espada encendida y se lanza a luchar contra la guillotina.


La anémona en el jardín es esta tercera disyuntiva: una ráfaga de palabras intentando matar para resucitar. La anémona es la anagnórisis de un ser consigo mismo. Estos seres que se interpelan mutuamente, que mutuamente se destruyen, que se descifran mediante la destrucción, saben que es preciso destruir para edificar. Sólo quien mata o muere halla en el diccionario del dolor el significado de la palabra vida.


viernes, 19 de diciembre de 2025

Antonio Gracia - Una improvisación en Nolylandia -

                                    Voz: Manuela García

Una Improvisación para la Noly

Como un labio trazando surcos leves
por tu piel de centeno y corindón:
así mi cuerpo va surcando el tuyo
ansiando naufragar en tu tormenta.
Astrolabios de púrpura y blancura
orientan el bajel y anclo en tu puerto
en busca del tesoro del amor:
el oro de tu carne y el diamante
de tus ojos espliegan de sargazos
y hierbas submarinas el susurro
del nombre del fulgor enloquecido
y mágico en la noche sin estrellas.
Eres el vellocino al fin hallado,
la cólquida infinita
regalo de los dioses. 

jueves, 18 de diciembre de 2025

Canon



Un cuadro como La Gioconda es un paradigma de precisión emotiva y ciencia expresiva, de victoria sobre el conflicto entre impresión encontrada y expresión formulada, entre poesía y filosofía. Ese rostro de Leonardo es todo un postulado sobre la emoción pura, una ecuación lírica, una matemática sentimental: un cúmulo de experiencia de vida y experiencia pictórica, que nada valen si no van unidas. El ojo no frena su espontaneidad al percibir la densidad de su humanismo, la sabiduría se ha hecho en esa pintura un mecanismo perfecto de sincronización entre sentimiento y pensamiento, emisión y recepción. 
    ¿Y la Improvisación 35 de Kandinsky? Una estampida intimista de los diablos y luzbeles de la mente, una orgía de místicos infiernos, un vendaval de cánones en fuga y en busca de otro canon. Así el hombre sincrónico, sin premeditación interesada, salva de la vorágine del tiempo las obras que testimonian su verdadera identidad de cosa irracional inteligente o, dicho con eufemismo, animal racional. 

28923

Película La dama de Shangai (1947)

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Eduardo Lastres: La puerta del milenio

                             


La puerta del milenio

Espacio cincelado en escultura,

pronombre de la puerta, geometría 
del umbral de los sueños, simetría
del cosmos reducido a arquitectura.

Alza la línea en pie su entalladura
de ortoédrica torre altiva y fría,
como un Atlas que irguiese la armonía
de un paraíso en críptica figura.

El armazón de hierro y de cemento

se eleva igual que un firme centinela
de la diafanidad del firmamento.

En la noche, como una escarapela
enlazando el futuro, el monumento
parece una mistérica acuarela.  

martes, 16 de diciembre de 2025

Carta sobre Poesía

Schumann: Adagio Segunda Sinfonía 


(Elisabeth C ...  "Antonio, cómo sabe un poeta que es Poeta de verdad y qué hace cuando llega al tope de su mismidad").


La poesía, como el Amor, tiene tantas definiciones porque ninguna consigue definirla más que aproximativamente. En el mundo hay dos clases de personas: las que se dejan calificar por los demás y las que van autocalificándose para imponer a los otros el retrato que quieren que tengan de ellas. Pocas cosas me resultan más ridículas que escuchar "yo soy poeta", que es probable que solo signifique "soy versolari, versófago, macareno del verso"; pero el hábito no hace al monje. Y es verdad que hoy hay demasiados autocalificados "poetas" sin más coartada que "porque soy macarrónico del verso". Incluso dos autores que podemos sentir como poetas tontificaron sobre su raza poética: García Lorca dijo: "soy poeta por la gracia de Dios ... y del esfuerzo..."); y Miguel Hernández, cuando aún era un fanfarrón, escribió: "los poetas somos viento del pueblo...".
     El poeta auténtico no sabe que lo es porque no se lo pregunta, ya que vivir no es una profesión, sino una identidad, y escribirla, lo mismo. Sabe que no puede evitar escribir, pero no para que los demás lo aplaudan, sino para decirse a sí mismo, y sin buscar más premio que el de no negarle a la naturaleza lo que le pertenece y debe trasvasar a la palabra. Si los demás le ponen nombre a su personalidad es otra cosa.
     Eso no implica que no tenga conciencia de la realidad y sepa cuándo lo que dice para sí mismo -y para quienes necesiten semejante dicción- es un eco de lo que ya dijo, y que repetirlo es necedad porque ya lo descubrió anteriormente. Entonces es cuando ha llegado a su techo intelectual. La mismidad de un creador está dentro de él y se asoma al exterior a través de su escritura. Esa necesidad de exteriorizarse no se ejecuta para los demás, sino para re-conocerse, descubrirse, al diseccionar sus fragmentos de mismidad: Fragmentos de identidad yFragmentos de inmensidad son dos títulos que publiqué tratando de recolectar al invisible y laberíntico que hay en mí: pero no los escribí como "poeta" sino como hombre que testificaba sobre sí mismo y ante sí mismo para salvarse o condenarse.
     Un poeta no es un nombre, ni un calificativo con el que los demás compartimentan el mundo a fin de entenderlo: es un hombre -o una mujer- que busca y no se satisface con lo que encuentra. Por eso necesita crearlo con su verbo, aunque tampoco este se lo ofrezca. Es un hombre -o una mujer- común que no se contenta con ser un hombre -una mujer- común.    
    No vive ni escribe para el público, aunque como habita junto a él, tampoco le es ajeno. Ve más cosas, o de distinto modo -qué triste es tener que mirar de modo diferente para poder "ver"-, que los otros. Unos lo admiran, otros lo detestan. Platón desterró de la República a los poetas porque todo lo cuestionan; Mecenas los protegió porque son quienes añaden mundos a este mundo. Hoy, tal vez, son más necesarios que nunca, pero este mundo ya es un tren indetenible y el Arte es solo un joyero con el que la muchedumbre engalana sus ocios.

     Así que, Elisabeth querida, si escribes, pintas o compones, mira hacia adentro y conviértete en tu propio lector: con una autocrítica tan feroz que te impida publicar -salvo cuando te vaya en ello la vida-. 

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¡Maldito aquel que miente cuando escribe!.

¡Maldito aquel que miente cuando escribe!


Ahora que hace muchos años ya
que dejé de escribir, y que abomino
de mi propia escritura, me pregunto
qué temas serán dignos de un poema 
sabio e imprescindible para el hombre. 
En verdad que escribir es cosa fácil
cuando nada se tiene que decir.
Y en verdad que quien calla es porque sabe 
que ya se ha escrito todo lo que importa.
Pero la pluma, ese demiurgo vivo
mientras la vida fluye hacia la muerte,
sigue dictando esencias que la efigien 
como rostro del hombre universal 
y propio. 
                    Así descubre 
                                                que 
pocas cosas nos atan a la vida:
los padres y los hijos, a quienes nos debemos;
el afán de entender por qué morimos;
las artes y el amor, que nos consuelan;
el placer de pasear por un bosque de libros
buscando aquella frase cuya página
nos niega la memoria...
y la necesidad de dejar este mundo
mejor que lo encontramos.
¿Acaso lo demás no es literatura?