Respighi: Los pájaros
GAVIOTAS
Gaviotas,
gaviotas duermen.
Bajo la luz oscura,
tu nombre.
El peso de tu mirada
decae,
mueren tus sueños
entre las pestañas
de un párpado gris
de plomo.
La guadaña
de los caminos
—guillotina de sonrisas—
rompe el hambre
que alberga
el alma del hombre
y se clava.
La escarcha de la piel
—arañazo frío—
va haciendo mapas
en los rostros de las noches
sin brillo.
Llueven sonrisas
de color negro.
Suenan flautas dulces
en todos los oídos,
las moléculas
en el aire juegan
como latidos,
y la orquesta
de los pájaros violín
se ilumina de colores.
Las gotas de sudor
se deslizan por las sienes
y los tímpanos
son cuerdas rotas
de guitarra.
He oído tu corazón
de tren,
los árboles verdean
el camino,
estoy sediento
de un amanecer
y el sol está bajo mi cama
escondido.
El tren sigue su rumbo
por la estepa
y se pierde
entre la niebla del camino.
Gaviotas,
gaviotas vuelven.
Bajo la luz dorada,
tu nombre
sonriente.
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