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lunes, 24 de agosto de 2015

La conquista del saber, 5 (Autosuperaciones)


                             V


Autosuperaciones


He aquí ejemplos de autosuperación:
mientras espera ser guillotinado,
Condorcet, en lugar de derrumbarse,
se dedica a escribir -solo porque
si hay igualdad habrá felicidad-,
la Historia del progreso del espíritu.
Messiaen, entre el horror del campo nazi
de Silesia, compone su Cuarteto
para el fin de los tiempos, atrapando
la eternidad en el apocalipsis
del furor más dantesco de los hombres.
El gran Alfonso El Sabio, con la Escuela
de Traductores de Toledo, puso
casi todo el saber ante la España
y la Europa del mundo medieval.
De todas las culturas amerindias
que destruyeron los conquistadores
tan solo conservamos cuatro códices
aztecas y tres mayas. Sin embargo,
Bernardino de Sahagún salvó
de la masacre azteca cuanto pudo,
y solo conocemos sus rescates
de aquella fértil civilización…
Autosuperación que hizo escribir
un día al nobilísimo Cantero:
Guarda en tu biblioteca buenos libros,
mas guárdalos primero en tu cabeza.
Y Don Quijote, sentenciosamente,
advierte a Sancho Panza: No es un hombre
más que otro si no hace más que otro.
¿No acaba así con las aristocracias
e impone la nobleza del esfuerzo?
La estatura de un hombre no termina
allí donde termina su cabeza,
sino allá donde llega con su mente.
Hay que aprender a cuestionar el mundo
y a construirnos nuestro mundo propio.