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martes, 14 de febrero de 2012

Un poema de Diego Torres (Antología (XXVI)



Descripción de la batalla 


La flecha hiende el ojo que el escudo
no ha podido ocultar, y un borbotón
de sangre mancha el rostro, permitiendo
que la lanza penetre el pecho. Caen
los hombres en la tierra. Los caballos
arrastran sus jinetes, ya cadáveres
trizados por los cascos. Las espadas
acusan el cansancio, pero siguen
sajando, desmembrando. Piernas, brazos
yacen en la verdumbre. El fiero sol
también es un puñal; brilla en el aire
y fulge en las corazas. Los ejércitos,
como dos pedernales, se golpean
hasta encender la hoguera de la muerte,
que recoge los cuerpos y transforma
el campo de batalla en cementerio.

                                           ©  Diego Torres