PALABRAS ESCONDIDAS BAJO LOS PARAGUAS
No tiene culpa la lluvia
de la mirada triste,
de lágrimas que inundan la noche
con gemidos de agua;
de la sorda canción
que viene de las calles
maceradas por látigos,
húmedas agujas grises
que cosen su piel de asfalto,
adoquinada.
No tiene que ser culpable la
lluvia
de la ciudad apagada en tus
ojos
o que en el hogar bailen las
llamas
una danza de frío y de rutinas.
No es culpable la lluvia
de que los años prefieran la
estatua del cuerpo
detenido bajo aleros de hastío,
huidos los sueños
de sol y de alegría
en tu ocaso de nubes,
de melancolía.
Tengo con la lluvia
una buena amistad desde la
infancia
y todos mis recuerdos los
recuerdo como lluvia:
imágenes deshechas entre los
dedos del agua,
sensaciones húmedas,
palabras escondidas bajo los
paraguas.
© Lorenzo
Hernández Guardiola
(Ilustración del autor)