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martes, 14 de febrero de 2012

Teselas (VII)


           La pluma es ante todo una metáfora de la insatisfacción de la existencia. Pero abandonar la vida sin haberla dejado más hermosa que cuando la encontramos bien merece morir de mala muerte o no haber existido. ¿De qué le serviría al hombre contemplar el cielo si en su color azul no identificase la infinitud del mar que oye en su corazón? ¿Qué fin tiene la escritura, además del autoconocimiento, sino la de notariar aquello que fue propio y se sabe universal?
Pasé, así, de la autodestrucción a una tentativa de reconstrucción, de la devoradora oscuridad a la pretensión de diafanidad. Esencialmente, no hay diferencia entre ambos fracasos. El que yo soy y el que quisiera ser muestran igualmente la biografía del dolor cansado. Reales son mis devastaciones, y esperanzas impuestas son mis sueños; tal vez por eso resulten más creíbles mis fieros fragmentos de identidad que mis templados asedios a la luz. Pero
forse altri cantera con miglior plettro.

(Piano: Schumann / Antonio Echávarri)