El que dice
saber, ¿qué sabe? Nada.
Ve, sin embargo,
y llega hasta el camino
que algunos
llaman de la Piedra Escrita.
Hay granados y
almendros en sus márgenes,
y un monte
perfilado por el oro
cegador de esta
tarde en cambio lúcida.
Hay tanta
claridad, que absorbe a todo
aquel que va,
camina y pasa dentro,
hacia ella, y se
lo lleva con su luz.
© Antonio Moreno