Soneto “cojo”
Quizá porque mi
tiempo se acompasa
a una canción
sin ruido ni estridencia,
o porque basta y
sobra su presencia
para pintar de
claridad la casa.
Porque sólo
preciso de ternura
para enfrentarme
a cada nuevo día,
porque late en
su piel la poesía
ajena al son de
la literatura.
Porque con poco
tengo suficiente,
y es mucho más
que todo si contamos
esposa, hijas y
padres, mis hermanos,
y la amistad
probada de mi gente.
Porque invita la
vida a ser vivida,
más que
escribir, disfruto de la vida.