La sociedad ha cambiado al hombre por el grupo, las filosofías por las ideologías, las artes por los artilugios, la ciencia por la tecnología, la serenidad por el desasosiego de la prisa, la conversación por la disputa, la sonrisa por la carcajada, el corazón por el dinero.
Si este es "el mejor de los mundos posibles", como afirmaron Leibniz y Voltaire, quienes siguen vigentes son Rousseau y Darwin en su pensamiento sobre una sociedad malévola regida por el más fuerte: que es el que sobrevive corrompiendo al individuo, malversando la vida, hiriendo y matando a los demás.