Siempre hay apocalípticos profetas que hablan del fin del libro y la cultura. Ahora es la autopista de internet la que -dicen los sofistas del progreso- derrotará, por fin, página y tinta. Sin embargo, los libros de papel -papiros, manuscritos, legajos, letra impresa- siempre han sido compañeros de la mente erudita y lo serán del formato electrónico porque este solo demuestra que persiste el hábito de conocer el rostro de los otros, su corazón, su pensamiento y vida, el retrato social e individual.