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martes, 7 de abril de 2015

Los límites del mundo

Renoir: Esta tierra es mía

  1- Tal vez la forma más sutil y sabia -también impune- de ponerle límites al mundo sea la de estrechar la conciencia. Porque el mayor de los universos es la mente: y, amurallada esta y reducida a un pequeño recinto, todo cuanto quepa en ella será igualmente empequeñecido. Esa es la peor de las castraciones: la que nos enseña que solo podemos aprender determinadas cosas porque las otras son un peligro para las conciencias y es necesario eliminarlas como a un delito público, autocensurándonos y perpetrando la delación como una prevención.  

      Me viene, al anotar las líneas anteriores, el recuerdo de una significativa secuencia de Jean Renoir: en Esta tierra es mía son arrancadas de los libros de texto las páginas de la historia que no convienen al nazismo. Sin duda el mundo seguiría siendo el mismo si se quemaran todos los libros y no sus autores y lectores: pero con generaciones de retraso, porque el progreso, las igualdades, los derechos tendrían que recomponer su jeroglífico, el acertijo en el que la libertad es la única palabra que ordena justamente los rompecabezas de la humanidad.