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jueves, 30 de abril de 2015

El abrazo salvífico

Strawinski: El beso del hada

Atropelladamente, y cuando pareció que todo estaba perdido y aquella despedida era la última, le dijo:

Si te vas de mi vida me quedaré sin vida, y si vives conmigo viviré para siempre. 
     Cuando pronuncio "siempre" hablo de plenitud, de espacios sucesivos entre tu corazón y el mío recorridos tan solo en un instante; hablo de claridad en la noche estrellada y en la mañana diáfana, cuando los ojos cierran sus párpados y el tiempo es un lago apacible, infinito y estático: cuando los cuerpos yerguen su clamor y se encuentran en la luz uno al otro, habitantes de un mundo que solo ellos habitan y llenan de esplendores: cuando los astros alzan bajo el mar sus embrujos y el universo dicta las leyes de la carne, materia única y causa de todo cuanto un día, en sísmico estallido, originó el edén al que aspiran los besos. 
     Si me sorben tus labios viviré para siempre.

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico

El abrazo amoroso