Cervantes
Frisaba el año Mil seiscientos cinco.
Frisaba el año Mil seiscientos cinco.
Un hombre desolado descubría
que luchar por la gloria es alcanzarla.
Lo aprendió en una cárcel, desafiando
adversidades, túmulos, olvidos.
Y sufrió los destinos caprichosos
de piratas, aldonzas y rufianes.
Luego dio su experiencia a un triste hidalgo
y lo lanzó a vivir cuanto vivió:
afrontando derrotas como si
fuesen la redención de toda lucha
y la premisa para la victoria.
Dos hombres dialogando sobre un sueño
que debiera cumplirse y no se cumple
conquistaron con su fracaso el orbe.
Soñar con la justicia universal
como un sermón de la montaña humana
es plantar la bondad más fraternal
en el solar del corazón del hombre.
Asedios a la luz son las palabras.
Las páginas de un libro son el arma
pacífica, invencible, redentora.
Quien no sueña con mejorar el mundo
merece su desprecio.
El sueño imposible