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jueves, 2 de abril de 2015

El abrazo marchito


Monteverdi: Lamento de Ariadna

Monteverdi: Orfeo

Se reencontraron en medio de la noche y se miraron temiendo no saber quiénes eran, si los mismos u otros. ¿Reanudarían su relación de amigos y de amantes, o la reducirían a la de amigos imposibilitados para amarse?

Tras las primeras palabras (¿esmeralda, turquesa?) despertó la ternura su pasado oleaje y se unieron las manos, las bocas, el deseo. 

Una estrella miraba, desde su oscura cima, el abrazo, las lágrimas, los susurros de nácar.

Cuánto amor se esparcía por la noche callada desde el beso incesante.

El silencio era un cántico y el tiempo un pasajero que instaba el corazón a seguir palpitando más cerca y para siempre.

Ella dijo que sí, y él también dijo sí. Querían revivir la rosa que vivieron.

No obstante, la mañana los volvió a separar. El ansia del amor fue vencida por la ansiedad del dolor.

En el aire quedaba un beso sonetil.

El abrazo indomable

Monólogo del cisne (El abrazo imposible)

El abrazo entre plumas

El abrazo en el cuadro

El abrazo inasible

El abrazo iniciático

El abrazo sin plétora.

El abrazo dulcífago

El abrazo inedénico

El abrazo a la muerte.

Como si fuera mi Autobiografía (El abrazo final)

El abrazo interrupto

El abrazo cautivo

El abrazo inmortal

El abrazo caníbal

El abrazo coital

El abrazo placebo

El abrazo sin rostro

El abrazo perdido (Carpe diem).

El abrazo truncado

El abrazo suicida

El abrazo invasor

El abrazo de plástico

El abrazo no dado.

El abrazo dichoso

El abrazo a la vida

El abrazo sin cuerpo

El abrazo ataráxico


El abrazo amoroso