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miércoles, 1 de abril de 2015

De buenas y malas lecturas

Geminiani: Variaciones

Dice Aristóteles que la Poesía muestra las esencias y la Historia las circunstancias.
     Podemos ahondar: la Poesía, la Música y la Pintura nos dicen qué siente el hombre; la Historia nos cuenta la biografía del tiempo; la Filosofía y Sicología nos dicen cómo mejorar la biografía íntima y universal; las Ciencias, cómo vivir mejor físicamente...
     Es verdad que hay más libros malos que buenos, y que el peor libro es el que nos impide leer otro bueno. Por eso hay que aprender a abandonar la lectura en cuanto detectamos la miseria que nos da. 
     El mal libro lo potencia el lector conformista, así como el bueno lo hace el lector exigente y esquivo de frivolidades, que obliga al autor a esforzarse. Pero hoy el "buen libro" lo hace el público, autodidacto en mentecateces a través de la educación en el bienestar efímero.
     Mejor es leer algo que nada; pero eduquemos el gusto exigiendo inteligencia y sensibilidad en las páginas. Valle-Inclán decía que se había puesto a escribir para que hubiese algo bueno que leer. Y Cervantes quiso evitar los malos libros escribiendo uno que los superara.