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domingo, 16 de junio de 2013

Muerte de Isolda

Preludio y muerte de Isolda

Como un creciente orgasmo que no acaba es el Preludio y muerte de Isolda. No creo que haya un canto igual al amor infinito e imposible.
Hace 203 años nació Wagner, tal vez el más revolucionario de los músicos, y aun de los artistas. Pocas músicas no deben algo al Tristán, o al Anillo del Nibelungo. A la obra concebida como arte total. 
No solo transformó Wagner la música y la escena musical, sino que cambió, dignificándola, la relación entre artista y sociedad: si Haydn fue un siervo de la nobleza y Mozart fracasó en su intento de independizar la inteligencia artística, Wagner llevó a su fin la inicial rebelión de Beethoven, humillando incluso a un rey para que pusiera su reino al servicio del arte.
Disolución de la armonía y la tonalidad (sin la cual no se entenderían Debussy, R. Strauss, Berg, Schönberg...) para esta "muerte de amor" que va más allá de las escenas transfigurativas creadas por Shakespeare y Goethe en Romeo y Julieta y Werther.