Schönberg / Horenstein: Noche transfigurada
EL SUEÑO DE LA PLUMA
A veces, en la noche, cuando todo se duerme,
A veces, en la noche, cuando todo se duerme,
yo permanezco insomne buscando en mis entrañas
la conciencia anhelante de un origen sin fin;
oteo el firmamento y escucho su rumor
semejante al del pálpito de un corazón sublime
en busca de un buen dios al que dignificar.
Las estrellas son luces rupestres en el cielo
y su caverna constelada brilla
como un lago sereno fruncido de diamantes.
La súbita armonía me otorga lasitud.
Entonces siento el gozo de una lluvia interior
que me libera el alma de todo sufrimiento
y aproxima mis ojos a la clarividencia.
Siento que ese diluvio de olvidos y deleites
me revela que estoy hecho de estrellas,
de sílices y pájaros, y saurios ancestrales,
que el espacio y el tiempo son solamente una
constelación perenne renaciendo en mi ser
y soy el magma fósil de la inmortalidad.
Sortilegio o relámpago, estalla el infinito
en una íntima hoguera. Y en medio de la noche,
como un viaje dormido desde el fin al origen,
se funde el universo en una gota
de luz impenetrable que fluye hasta mi pluma.