Paganini: Sonata nº 6
TODA LA VIDA ES
MUNDO
Cuando mañana despierte y ya no
vea
la cama de mi hermano
paralela a la mía como un signo de
igual
ni su cuerpo en ella como un
parterre.
Cuando las plantas de nuestros
pies ya no señalen
el amanecer.
el amanecer.
Cuando mañana me levante
y me saquen sangre en una sala
blanca, sin interior;
cuando me pongan una pulsera de
goma
y al final del brazo del sillón se
cierre un puño
y se abra una mano como soltando
algo o como
tomando prestado algo al Señor.
Cuando mañana me levante temprano
para ir al colegio
pero en mi pupitre esté sentada la
muerte niña.
Cuando mirando la sombra de los objetos
me ponga nostálgico y piense
cómo ha pasado el tiempo, cómo
han cambiado los ojos
de repente.
Cuando por escapar de la vida meta
la cabeza en la soga
pero el resto del cuerpo no quepa
y me quede colgando del cielo
y contemplando
la cabeza del cuerpo del Señor,
las rodillas del cuerpo del Señor,
el corazón del cuerpo del Señor.
Cuando mañana suene el despertador
pero la luna, podrida, tenga un
gusano,
cuando llueva tanto que se me
encharque
el pulmón y, entalleciendo en
primavera,
me conduzca junto a mis maestros
viejos,
los que echaron la rama de un
bastón
y murieron goteando en las
cátedras
de un colegio futuro