¿Algún lector encuentra algo de sí mismo en lo que lee?
Pues ese autorretrato es la justificación de la escritura, el acto de solidaridad más trascendente.
Pues ese autorretrato es la justificación de la escritura, el acto de solidaridad más trascendente.
Las cosas mueren alrededor del hombre. Algunos de esos hombres las escriben,
las pintan, las trasiegan en música, en estatuas. Y mueren esos poetas,
músicos, artistas.
Pero lo que levantaron con su espátula, su pluma o su pincel
renace en otros hombres y alimenta sus vidas, las alumbra un poco más. La
muerte es, así, una existencia escrita, una semilla de la sabiduría; y esta -experiencia y aprendizaje de la vida y de la muerte- el único legado que jamás nadie repudia.
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