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lunes, 11 de abril de 2016

400 sin Cervantes. Miserias literarias


Guridi: Don Quijote


A veces, ni siquiera los gigantes se reconocen entre sí. Prueba de ello es el menosprecio que Mozart y Goethe mostraron a Beethoven; o la ceguera de Gauguin ante la pintura de Van Gogh; o las luchas literarias entre autores de todas las épocas, a veces por envidias y otras por oponerse, aparentemente, unas poéticas a otras: como si no fueran todas una búsqueda de la definitiva. Castillejos no alcanzó a entender la grandeza de Garcilaso y Boscán; Lope, que buscaba hacer realidad su criterio de "poeta científico" no podía ver con buenos ojos a Góngora, verdadero creador de un lenguaje lírico -y "científico"- en las Soledades y el Polifemo; Quevedo demostró su mala prez al comprar la casa en la que vivía Góngora solamente para echarlo de ella... Como ejemplo de luchas literarias, vigentes desde la Antiguedad hasta hoy, valgan estos versos de Quevedo:
Muchos dicen mal de mí
y yo digo mal de muchos;
mi decir es más valiente
por ser tantos y yo uno.

   Es decir: que exagerando o no, casi todos han encontrado grietas en las obras ajenas. Sin embargo, cuántos han confesado como su gran deseo el de haber sido autor de Don Quijote. Es decir: ser Cervantes.
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