Hemos tenido la suerte de nacer en una tierra de naturaleza benigna, sin azotes atmosféricos.
Tenemos asegurado el alimento y, muchos, el confort.
No pertenecemos a esos mundos en los que se padece hambre, enfermedades y hecatombes.
Tenemos el privilegio de la educación.
Tenemos tanto tiempo de ocio que podemos dedicarlo a ver, criticar o llorar las desventuras de quienes padecen la falta de lo que la naturaleza exige para sobrevivir...
En fin: que si bien se mira, somos unos privilegiados.
Entonces:
En fin: que si bien se mira, somos unos privilegiados.
Entonces:
¿Por qué nos lamentamos en vez de tratar de disminuir las carencias de tantos que se salvarían simplemente con la comida que sobra en nuestro plato?