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miércoles, 29 de julio de 2015

El único inmortal




¿Y si el único sentido de la vida fuese el de nacer, vivir un corto tiempo y morir, sin otras metafísicas ni trascendencias? ¿Que, probable y simplemente, una de las manifestaciones del Universo sea la de engendrar vida fungible y alguna mutación o azar perverso nos otorgó la inteligencia suficiente para ser conscientes de esa mortalidad y sufrir su temporalidad?
¡Cuánto sufrimiento estólido, entonces!
Aunque sin él no hubiera nacido el arte, el único ser inmortal. 

(Descanso hoy para las voces de Bayreuth, a las que Wagner exigía tal potencia expresiva que muchas de ellas quedaban literalmente afásicas para inmediatas representaciones.
Oigamos, mientras tanto, el Idilio de Sigfrido, composición para orquesta de cámara que Richard compuso para celebrar el cumpleaños de su esposa Cósima y el nacimiento de su hijo):


Idilio de Sigfrido