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sábado, 25 de enero de 2014

Un poema de Porfirio Mamani Macedo (Antología, CLVII. Segunda Serie)

Gluck: Orfeo y Eurídice

Carta a una extranjera imaginaria

Recojo estas palabras del silencio que me abrigan,
en tu ausencia; hoy cuando camino
por los laberintos que habitan las ciudades.
¿Dónde estarás tú, extranjera, hoy cuando te escribo ?

¡Cómo no imaginarte, lejana y dulce,
apasionada y triste, por las orillas de este río!
Allá estarás tú, en el extremo de la tierra,
esperando la voz, ésta que te busca entre las gentes.

No son sólo los mares los que dan reflejo
a tus cansado ojos, son también
los espejismos que cubren los desiertos.
Siento que los vientos australes me alargan tu mirada.

En tu mansa cabellera se pierde mi silencio,
hoy cuando llueven inquietudes en mi pecho,
hoy que llevo mi cara de triste caminate;
mas por allá va una estrella buscando su destino.

Tan lejos están tus pasos de los míos,
tan lejos tu mirada de la mía,
tan fundida va la sombra en la sombra;
pero los corazones, envueltos de esperanzas, 
borran inmensidades.
Porfirio Mamani Macedo  
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