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martes, 7 de enero de 2014

Previniendo el futuro (3)

Debussy: Claro de luna

No caigamos en la contumacia de considerarnos infalibles creyendo que podemos hacer del autoengaño y su correspondiente mentira un ariete para golpear la realidad hasta darle la forma de nuestros intereses. No existe mejor terapia que la de quedarnos solos frente a nuestros errores y defectos una vez que hemos decidido evitarlos con nuestras virtudes para convertirlos en aciertos. Repudiemos el tragicismo de César Vallejo cuando, casi tirando la toalla -pero, admirablemente, no la tiró- escribe:
   Hay ganas de no tener ganas, Señor
Y es que, aunque con cierta crueldad, pero con certeza, también se nos dice: 
Abandonar la vida 
sin haberla dejado más hermosa 
que cuando la encontramos 
bien merece morir de mala muerte 
o no haber existido.

Sabiendo que nada hay de vergonzoso en el error, puesto que es natural en el aprendizaje del vivir, escribe Master Hare
Es necesario
equivocar la vida cada día 
para aprender que hubiéramos podido 
ser felices de haber sabido antes 
que la única premisa es el error. 
Igualmente, invitando a la superación de los errores mediante la humildad, la voluntad y el entusiasmo, y exaltando la valentía de iniciar, si fuera preciso, la propia reconstrucción desde las ruinas, también rubrica: 
Entro en mi corazón y me pregunto 
quién es el que me observa dolorido: 
¿el que fui, el que soy, el que seré? 
Alzo mi voluntad y me respondo: 
soy el que quiero ser más que el que fui.

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Previniendo el futuro (1)

               Previniendo el futuro (2)