Cuando los sentidos se embriagan de un suave
sentimiento que dilata los ojos, endulza el corazón y lo acelera, aguza nuestro
oído y nuestro ingenio, nos atersa la piel o nos la eriza, la voz se hace
silencio o casi late en un constante palpitar de los labios inquietos, la boca
sabe a besos y sonrisas, la alquimia del cerebro festeja nuestra mente y
el mundo es otro mundo que los demás no ven : Entonces, el amor.
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