Girodet: Entierro de Atalá
Como aquel que en la noche melodiosa
espera blandamente la mañana
para ver, con el alba más temprana,
nacer la pura y encendida rosa,
aspira luego su fragancia hermosa,
alza a su alrededor la barbacana
de un castillo invencible, y se proclama
eterno amante de tan frágil diosa,
así mi corazón nació a tu amor
y te cuidó y pulió amorosamente,
gozando de la dicha de quererte.
Pero trajo el ocaso su dolor
inexorable: e inexorablemente
también a ti te marchitó la muerte.