Inédito
II
Quiero beberte, descender al
brocal umbrío de ese pozo y humedecer mis labios en la fuente, beber con la sed
de siglos y sequías, beberte con obsesión convulsa, con el temblor febril del
condenado, chupar, lamer los labios que saben al resplandor del sol en los
esteros, labios para mi boca como pliegues del mar salobres y abisales, como la
sombra ecuestre del instinto,
quiero beber de ti, ciego y perdido, galeote
en tus muslos, confundirme, negarme, quiero beber de ti: la lengua que
acaricia, ávida y firme, nacarado deseo, vaivén del alma, la lengua que recoge
las gotas de rocío, beber de ti, agua de amor, quiero beber de ti, llenarme de
ti, la lengua por las ingles, mi lengua por la fuente con miel y hierbabuena,
sabor de mar, flor de la jara, saciar mi sed, quiero saciar la sed que seca mi
garganta, beber de ti, quiero estar vivo, cerrar las puertas a la muerte,
desterrar el tiempo que pasa y que nos hiere, sed de eternidad, mi lengua por
las ingles, la lengua por tu sexo, detener el tiempo en esta tarde de junio que
te amo, en esta tarde de junio que agoniza, en esta tarde…
Quiero beberte y sentir el temblor de tu
carne en mis manos, el temblor del deseo palpitando en tu cuerpo, distante y
mío, el temblor del deseo que mana entre mis labios para que yo lo beba, mujer
que te estremeces al son de mis caricias, arpegio enamorado, tu cuerpo es una
cítara para que yo la toque, vibrando en el ocaso la música imposible asciendo
hacia la cima alada de la dicha, contemplando tu gozo, sintiéndote encendida y
temblorosa, mi dicha es tu placer de yegua desbocada, tu desnuda altivez de
felino en arrullo, tu cuerpo es una cítara que acarician mis manos, música y
agua para que yo me sacie del temblor azorado de tu carne.
© RAMÓN GARCÍA MATEOS