Albinoni / Fabian: Adagio
DESNUDEZ DEL DÍA EN EL UMBRAL DE LA
NOCHE
Y
de las casas de asombro su tiempo
que
todo lo envuelve y nada toca,
su
luz frágil frente a todas las horas
en
las que los deseos toman asiento.
Tímidos
y naufragios, la mirada
nos
escribe con la distancia del humo,
y
por ello tus pasos, siembro trémulo
como
un castaño al sentir la lavanda.
Mar
último cuando son los espejos
que
responden al sentido. Mar último
si
la certeza de la piel se vuelve
alma.
Mientras, al horizonte espero
entre
calles que dan nombre al latido.
Te
desnudas al latido del pájaro
herido,
y yo, frente a cualquier reflejo
para
sentirte la cara me rasgo
sin
temor. Tu sonrisa entre mis dedos,
la
polvareda última del amor
extiende
el rocío a su cruz de ciruela.
Entre
tus labios la palabra acepto
para
cambiar la historia. La libamos
ahora
que las espinas son pisadas.
Entre
voces, tus piernas anhelo
como
primer secreto de los rayos
ácidos
de mi esperanza. Exaltado
silbido
de las vidas en barbecho.
Y
la espera responde con dos nombres.
Jaana
y Albert, Albert y Jaana,
que
gritan sin querer convocar al pasado,
tan
sólo velar la ventana por si el sueño,
su
respuesta tal vez, se precipite y diera luz
a
este jardín de la memoria, secreto:
Tu
espalda arenosa que siempre veo.