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martes, 3 de abril de 2012

Un poema de Álvaro Valverde (Antología, LIV)

Schumann: Traumerei


EL LECTOR




Es al atardecer cuando ese hombre
abre la puerta y se esconde en el cuarto
donde guarda los libros.
La penumbra es dorada cuando prende la luz,
que toma por sorpresa su interior escondido.
La estantería es baja. Los volúmenes, pocos
y alineados en orden, el mismo que eligió
para su vida. Toma uno
-encuadernado en piel, como recién comprado-
y se sienta a leer.
El sofá -de terciopelo verde, un poco ajado-
está junto a la lámpara encendida.
Quedan atrás las horas en el banco,
la fiel monotonía, los paseos alrededor
del mismo laberinto, esas conversaciones
rutinarias con unos y con otros,
también con los de casa.
Dura el silencio.
Si levantara la persiana
-cerrada a cal y canto- se verían,
debajo, los jardines.
A lo lejos, el Valle y Santa Bárbara.
En medio, el río.
Pero eso le impediría concentrarse
en lo que importa ahora:
la lectura de obras que, por norma,
relee constantemente.
La Ética de Spinoza, por ejemplo.
A veces, no obstante, deja el libro,
toma papel y escribe
con su letra menuda, intraducible,
tanto como esa idea resistente
a ser interpretada con palabras.
Unos discretos golpes en la puerta
le anuncian el final de su retiro.
Es hora de cenar. Apaga, cierra.
La vida espera fuera, la que él lleva,
como cualquier lector, cuando no vive.

©  Álvaro Valverde

Blog de Álvaro Valverde

mayora.blogspot.com/