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lunes, 2 de febrero de 2015

Cuando el Arte es el arte de fingirlo.

Las mejores obras de arte


Hay muchas tendencias artísticas que solo tienen de arte lo de tendenciosas, puesto que señalan caminos del pincel, la pluma, la batuta... pero que no llegan al corazón humano, con lo cual el cerebro acaba por eliminarlas. De ellas solo queda el recuerdo del querer y no poder en la historia de la sociedad, la búsqueda, la técnica... y el fracaso.

Un urinario museificado, una pipa que, evidentemente, no lo es, y se redunda en ello con el verbo, una lata de cola que es simple chatarra ... solo son tributos a la presión que la sociedad de consumo hace sobre el individuo, que es pretender eliminar el individualismo y evitar que piense al margen de eslóganes. El Progreso humano ha traído el regreso a la deshumanización. Y con ello, el río revuelto para ganancia de malos pescadores: la invasión de lo efímero y coyuntural. Tal vez por eso muchos siguen en la contumacia de decir "personas humanas": porque algunas son inhumanoides.

La Libertad guiando al pueblo es un canto a la libertad, como el Guernica tal vez sea una condena de la opresión. No solo son demostraciones de la presencia social en el Arte: son bellezas y alegorías sobre temas universales, conquistas del hombre sobre la maldad y hacia la bondad. Sin embargo, un ex-orinal y una seudopipa apenas van más allá de la pataleta lúdica o el "épater le bourjois": son iconos del malestar del arte, de la estulticia, del pudridero de lo novedoso, del ansia de ser fugaz cometa en vez de estrella luminaria en el firmamento de la creación. 

O sea: una cosa es renovar la tradición, y otra aceptar pasar por las horcas caudinas de las masas para obtener aplausos. Jamás se olvidará ni morirá la libertad, porque nace en cada hombre; pronto un urinario será una ocurrencia del pasado, por mucho que todo ser humano necesite desovar los restos de su sed.

Ocurre con el objeto parartístico como con las aporías de Zenón: jamás alcanzarán el arte de ser Arte, igual que Aquiles, el de los pies ligeros, nunca conseguirá alcanzar a la tortuga ni la flecha llegará hasta la diana. 

Podrán calificarse esos objetos de inteligentes, o ingeniosos: pero no parece muy inteligente utilizar la inteligencia para crear mentecateces.
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