No le preguntéis por qué escribe a quien escribe poesía lírica. La lírica nace de un impulso irracional que la razón se esfuerza en pulimentar para que su decir sea el exacto.
Por eso, cualquier respuesta que os den se referirá al método, a la poética, al intento de pulir lo presentido o clarividenciado, no a la intención o al porqué de la vislumbre. El poeta lírico es un vidente que esculpe su visión para tratar de verla con los ojos.
No es un visionario. Es un oteador de sensaciones; y a fuerza de su continua introspección llega a veces al fondo de lo que le sustenta y pertenece como humano y, a la vez, pertenece y sustenta a todos los humanos. Ese es el instante en el que todo lo ve, concentrado en un signo; y si consigue escribirlo para que lo vean y sientan todos como propio, consigue el poema, la música, el rostro universal. La absoluta solidaridad.
Por eso, cualquier respuesta que os den se referirá al método, a la poética, al intento de pulir lo presentido o clarividenciado, no a la intención o al porqué de la vislumbre. El poeta lírico es un vidente que esculpe su visión para tratar de verla con los ojos.
No es un visionario. Es un oteador de sensaciones; y a fuerza de su continua introspección llega a veces al fondo de lo que le sustenta y pertenece como humano y, a la vez, pertenece y sustenta a todos los humanos. Ese es el instante en el que todo lo ve, concentrado en un signo; y si consigue escribirlo para que lo vean y sientan todos como propio, consigue el poema, la música, el rostro universal. La absoluta solidaridad.
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