Un homenaje a Tina Pastor
La recuerdo en una noche junto a la carretera, frente a la casa en la que yo vivía entonces, y hasta donde se acercó para llevarme unos poemas con destino a Algaria 0. Después, años de niebla y distancia. Laberintos de tierra y luz.
A modo de proemio
Te vas quedando sola
como una esfera azul de orilla seca
frotando con tu piel pequeños besos
que arañan insaciables
insaciables abrazos prolongados
más allá de estas vidas.
Estás abriendo el centro de tu hermosa
carne de arena húmeda
hacia el fondo de un lecho como el mar
y quieres apretar con mayor ansia
la infinitud lejana
de un sufrimiento que es también el tuyo
porque así se consuma
esa unión que te abisma más al centro.