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lunes, 22 de julio de 2013

El rostro de nuestro tiempo

Beethoven: Marcha turca

Retazos de impunidad 

Angrac Ianto publicó una carta que dedicó -¡aún resuena el revuelo!- al Fiscal, al Director de la Academia y al propio Presidente de la Nación. Copio un fragmento: 
Maté al amante de mi mujer hace unos años -en un acto de honor- y luego a mi mujer -para quedarme con sus millones-; fui al Juzgado nº 12.322 y lo confesé todo: como en las altas esferas hay muchos asesinos encumbrados, sabía que me comprenderían: si un día yo era elegido, por ejemplo, presidente del País, los medios de comunicación se obstinarían en empañar mi imagen con esas menudencias y otros antecedentes que en realidad solamente afirmaban mi capacidad de comprensión y manipulación de la sociedad: así que me aconsejaron que ocultase mi crimen: porque en la cárcel no se hace fortuna y un hombre tan decidido como yo, y de tan buenas prendas, no podía desestimar la carrera política. Y aquí estoy (creo que condenaron a un ingenuo inocente que solo prometía ser buena persona), más honrado que Lincoln y más firme que Hitler. Y mejor presidente que los dos”.